MY BLOOD | jasper jordan

XV

Mientras todos se golpeaban entre ellos con las almohadas a modo de juego yo optaba por permanecer recostada en la cama del rincón que yo misma me había designado con las miradas amenazantes de todos quienes se encontraban en la misma habitación sin dejarme descansar ni por un segundo. Jasper estaba a un lado mío y trataba de de hacerme plática muy a pesar de que yo estuviera demasiado perdida y concentrada procesando el lugar en el que me encontraba. Él era consciente de que a su gente aún le costaba trabajo procesar el hecho de que yo era una intrusa entre todos ellos y, por ello mismo, hacía un gran esfuerzo por no dejarme sola.

De pronto Clarke apareció por la puerta, atrayendo la atención de todos en la habitación a pesar de que trataba de esconderse dentro de ella misma. Entró manipulando sus manos nerviosamente y yendo hacia donde nosotros nos encontrábamos sin detenerse en ningún otro punto antes. Miraba a su alrededor con advertencia, como si tuviera miedo de que alguien ajeno a nosotros tres escuchara lo que tuviera que decirnos.

—Hola.

Quedé quieta. No despegaba sus ojos de mí en ningún momento. Entendía si no le agradaba así como no le agradaba a Monty, después de todo lo que mi gente le hizo a la suya no podría juzgarla por pensar lo peor de mí.

—Hola —le respondió Jasper una vez que se incorporó—. ¿Qué ocurre?

—Necesito ayuda —dijo de inmediato, señalándome a mí con su barbilla—, su ayuda.

Alcé las cejas en señal de sorpresa y la mirada de incredulidad de Jasper tampoco se hizo esperar. Clarke frunció los labios, esperando a que accediera a ayudarle o, en su caso, la bombardeara con preguntas acerca de tan inesperada petición.

Al percatarse de mi expresión confundida y de que las intenciones de ir más a fondo en el asunto se desvanecían volvió a hablar.

—Por favor.

Dicha vez reaccioné más rápido, asintiendo con la cabeza antes de que las dudas comenzaran a revolotear por mi mente. Me levanté del colchón y me paré a un lado de ella, esperando a que guiara el camino. Antes de que lográramos dar un paso Jasper me lanzó una pregunta en el cual el tono un tanto preocupado no era difícil de notarse.

—¿Quieres que vaya contigo?

Negué con la cabeza. Confiaba en que Clarke no planeaba cobrar venganza por todo lo que pasó antes de que ambas termináramos en éste lugar.

—Estaré bien —le dije mirándolo a los ojos para transmitirle la confianza que creía que necesitaba—. Ya vuelvo.

Salimos de la habitación y caminamos por los vastos pasillos que, sin importar el tiempo que estuviera ahí, nunca dejarían de parecerme infinitos. A pesar de que Clarke llevara el mismo tiempo en el lugar que todos los demás la naturalidad con la que daba sus pasos hacia algún otro cuarto que parecía que caminaba de manera automática. 

—Sería genial que me dieras alguna idea de a dónde nos dirigimos —solté después de un rato, tratando de centrar mi atención en cualquier otra cosa que no fuera ella a medida que avanzábamos.

Ella se encogió de hombros.

—Esta gente me dice ciertas cosas y yo no les creo demasiado —me dijo sin ningún indicio de vacilación en su voz—, tú y tu gente saben más acerca de estas personas y son mucho más inteligentes para los juicios... espero que los tuyos me ayuden a poner orden a las opiniones que tengo en la cabeza.

Creía tener una idea de lo que se refería, aunque no me quedaba del todo clara, aunque no podía dejarme llevar tan fácil por las palabras que me dijera.

Al final del camino empujó la puerta que se encontraba frente a nosotras para que entráramos a un espacio grande, ordenada y con un hombre al fondo concentrado mientras movía sus manos con agilidad sobre un espacio blanco que, con cada acción de su parte, comenzaba a tener más color. El hombre ni siquiera tuvo que darse la media vuelta para darse cuenta de nuestra presencia, o la de Clarke, más precisamente.