MY BLOOD | jasper jordan

XX

Vincent entró a los dormitorios con zancadas largas y nerviosas asegurándose de que nadie lo estuviera siguiendo mientras Jasper se esforzaba por no lastimarme al quitarme los hilos que se encargaban de cerrar la herida que tenía en la cabeza. Ya no dolía —nunca lo hizo, en realidad—, mas ahora estaba segura de que no había ningún rastro del fuerte golpe que me llevé hace algunos días.

—Chicos, ¿están todos bien? —preguntó a medida que se acercaba a donde estábamos y Miller subía el volumen a un aparato que tenía a lado—, escuché que una de los suyos está perdida, lo siento mucho, Jasper me ha puesto al tanto y he estado averiguando para poder ayudarles.

Le hicimos un espacio en las camas para que tomara asiento y dejó un mapa en la mesa que estaba siendo usada para jugar con algunas cartas que Miller había encontrado. Ellos parecían demasiado ensimismados analizando el manojo que tenían en la mano y poniéndolas en la mesa con cuidado y precisión, pensaba que era una manera de lidiar con el hecho de que no habían visto a Harper en días y necesitaban hacer cualquier cosa entre ellos que los mantuviera cuerdos.

Por mi cuenta estaba teniendo problemas para mantener mi mente en orden. Había vivido y soportado peores cosas en mi dieciséis años de vida, peor ver a Jasper pasarse las noches en vela y ansioso porque Harper entrara por la puerta del dormitorio me lastimaba, tanto como a él lo lastimaba verme tan mal cuando recién me entere de la llamada cámara de cosecha.

—Alguien debió haber visto algo —dijo Jasper sin dejar de concentrarse en removerme la curación—, estamos en un búnker cerrado, nada puede pasar desapercibido aquí.

—¿Qué tal si hay habitaciones que no conocemos? —cuestioné para hacerme un espacio en la conversación. Sabía que mi pregunta podría parecer tonta, pero todo podría ocurrir en un lugar tan misterioso como lo era la montaña, no nos habían advertido del lugar sin tener razones válidas—. ¿Hay alguna posibilidad de que haya lugares que no aparecen en el mapa?

Justo como los amigos de Jasper, Vincent no parecía estar demasiado convencido por mi presencia ahí; aunque él fue capaz de ahorrarse sus comentarios y sus gestos, en su lugar, frunció sus labios en una fina línea y negó con la cabeza antes de responderme.

—Lo dudo, a decir verdad; es muy poco probable.

—Vaya —soltó Miller mientras rodaba los ojos—, gracias, es usted de gran ayuda.

Vincent bajó la cabeza. Entendía porqué un grupo de adolescentes no confiaban en él con tanta facilidad después de todo lo que habían visto y lo que estaban viviendo, pero no por eso dejaba de sentirse mal ante los comentarios de Miller.

—Oye —lo llamó Jasper una vez que terminó de quitarme los hilos—, está ayudándonos, ¿de acuerdo?

—¿De verdad? ¿Van a encerrarlo en jaulas y colgarlo de la cabeza si lo atrapan?

En éste punto a mí tampoco me estaba gustando su actitud ante el hombre que estaba arriesgando demasiadas cosas con tan sólo platicar con nosotros sobre posibles soluciones y con el recuerdo de su pequeña hija sufriendo del modo en el que lo hizo aún demasiado vivo en su memoria. Tomé aire

—¿Te mataría dejar de ser un imbécil por unos cuantos segundos?

—¡Basta! —interrumpió Monty para que guardáramos silencio y le prestáramos atención a lo que fuera que había encontrado—. Miren, hay un pasaje que nos lleva a una antena en el suelo. si podemos acceder a la radio tal vez podremos enviar un mensaje por el canal del Arca y decirles que aún estamos bien —a medida que hablaba su dedo se movía con firmeza sobre el opaco papel del mapa, sonriendo también ante su espontánea idea, la cual, a pesar de que yo no la entendía demasiado como a mí me gustaría, parecía estar convenciendo a los demás—, así es como vendrán por nosotros.