XIX

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Mi mente divagó una, y otra, y otra, y otra vez por todo lo que recordaba haber vivido aquella mañana en la que salimos de la cápsula metálica que me ayudara a explicarme el porqué tuve la suerte suficiente para terminar con todos quienes habían sobrevivido en el campamento en lugar de mantenerme encerrada en una jaula colgante en el cuarto más grande y tétrico que en mi vida había visto, sin realmente darme cuenta de que la posible razón para ello estaba conmigo día y noche, además de preguntándome si podía besarme.

Cuando el humo rojo invadió tanto el olfato como la vista de todos en el campamento recordé que Jasper buscó mi mano aún entre tanta incertidumbre y se aferró a ella. Creía que aquella era suficiente razón para que los hombres de la montaña decidieran mantenernos juntos, de otro modo él haría demasiadas preguntas y descubriría la verdad con mucha mayor anticipación de la que todos esperarían.

Además, estaba segura de que Jasper también estaba poniendo un esfuerzo extraordinario por mantenerme al margen y la idea de que se refirieran a mí como Lake se le había ocurrido a él.

—Estoy harta de pasarme los días vomitando.

—Estoy harto de ser un alfiletero humano.

Miller y la chica rubia de la cual aún no sabía su nombre se dirigieron a Monty y a Jasper con voz cansada en la cama que se encontraba por debajo de la mía. La gran mayoría de ellos se habían ofrecido como voluntarios para que nadie sospechara de lo que ahora sabíamos y no llegaran al punto de ser torturados como los míos lo estaban siendo. Yo permanecía lejos del plan, aunque no por que así lo quisiera: me estaba arriesgando demasiado compartiendo dormitorios con todos ellos y cada idea que se le ocurriera a cualquiera para mantenernos a salvo dejaría de valer la pena al momento en el que vieran el color de mi sangre.

—Miren, sé que esto apesta —afirmó Jasper tratando de lucir calmado frente a ellos—; pero, mientras parezca que estamos cooperando estamos ganando tiempo.

—¿De verdad? —preguntó Miller exasperado, alzando su mirada para toparse conmigo—, porque parece que tu novia no está haciendo demasiado al respecto.

Solté un suspiro de agobio al tiempo que me esforzaba por centrar mi atención en cualquier otra cosa que no fuera el desagrado que les causaba. No podía ver a Jasper, pero me daba la sensación de que él también se estaba cansando de las cosas que pensaban de mí.

—Tiene sus razones —le respondió con voz impostada.

—No importa ya —volvió a soltar Miller—. Yo digo que si vamos a morir aquí al menos deberíamos hacerlo mientras intentamos escapar.

Miller y la chica se miraron mutuamente, estando de acuerdo con las palabras que Miller decía y mirando de soslayo a Jasper, sin estar completamente confiados en su plan.

—No hay manera de escapar —dije de pronto, si pensaban verme con malos ojos al menos tendría que darles una razón para que lo hicieran—. Desde que Clarke se fue todas las salidas se sellaron, la seguridad aumentó... no hay manera alguna de salir sin ser atrapados en el intento bajé de un salto de mi cama, tratando de hacerme un lugar a un lado de Jasper—. Sé que estoy sonando egoísta dado que yo no estoy repleta de agujas, pero sólo tienen que ser lo suficientemente fuertes para que los suyos vengan por ustedes... porque sé que así lo harán.

—¿Y si no vienen? —cuestionó Monty con ojos echando fuego—. ¿Y si no consiguió escapar? ¿Qué tal si sólo nos dijeron eso para ocultar el hecho de que se deshicieron de ella? Entonces nadie vendrá por nosotros y estamos haciendo exactamente lo que ellos quieren que hagamos.

Lo evité. Me estaba costando trabajo creer que su espíritu valeroso y las ansias que tenía por salir de aquí para ir en busca de Clarke y quienes ahora eran su familia se hayan visto desaparecidas en tan solo cuestión de días. Cuando se dio cuenta de que ninguno de los que estábamos ahí nos dignaríamos a darle palabras de aliento, se talló la cara con brusquedad, esperando que aquello le ayudara a liberar toda la preocupación que cargaba.

MY BLOOD | jasper jordanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora