Exnovio
Narra: Noly RelishLa editorial es un edificio en el mismo centro de la ciudad. Es el edificio más alto de esta calle y cuenta con una vista estupenda. No puedo dejar de respirar el aroma que sale de cada puerta del edificio en el que soy jefa. Me siento cómoda en este pequeño espacio que he creado.
Doy un pequeño recorrido a unos nuevos empleados que han llegado y camino a otra parte del lugar. Siempre estoy así de activa durante el día, o hasta más. Suelo estar lo más ocupada que puedo. Se que apenas abrí la editorial en si, pero desde antes ya tenía negocios previos y algunos contratos.
No puedo evitar ponerme nerviosa al sentir la presencia de alguien en especial. Porque es que cada que me volteo a verlo, tiene una sonrisa en su rostro.
James mira todo con suma curiosidad, saluda a todos con un simple buenos días y nadie en mi entorno sospecharía que es mi guardaespaldas. No parece para nada intimidante con esa sonrisa encantadora, por más alto y musculoso que sea. En un momento que estoy hablando con Sol, veo que juega con su carnet de empleado. Sonrío al verlo porque me parece tierno.
— Querida pared.— escuchó a Sol murmurar y volteó mi atención a ella de nuevo. Mi asistente personal y mejor amiga esta hablándole a la pared como una loca.
— Lo siento.— me disculpo con una sonrisa apenada. Sol me voltea a ver y se encoge de hombros restándole importancia, luego voltea a ver a James y frunce el ceño. Se lo que se viene así que suspiro un poco.— Suelta lo que sea que estes pensando.
— Tú guardaespaldas es un poco gracioso.— dice mientras anota unas cosas en su tableta.
— Sí, solo verlo me causa gracia.— le respondo viendo como James saluda al señor del servicio con educación.
— Y sexy.— termina mientras mira su tableta con una sonrisa juguetona. Chasqueó la lengua y ella se ríe de lo roja que me he puesto. No necesita verme para saberlo.
Camino a mi oficina con Sol detrás de mi, las pisadas de James también me siguen después de algunos segundos.
Entramos los tres en la gran oficina, que cuenta con unas tres estanterías de libros, un escritorio amplio, una silla dando la espalda a un gran ventanal y dos más frente al escritorio. Hay una pequeña mesa de café en una esquina junto a un sillón bastante cómodo que casi no uso.
— Santos pasteles de chocolate...— escuchó a James murmurar y suelto una risa pequeña; Sol también se ríe.— ¿Esta es su oficina?
— Sí.— respondo con una sonrisa y me siento en la silla que me corresponde mirando a Sol.— ¿Qué tenemos hoy?
Sol se sienta en una de las sillas que están frente a mi y James en el sillón. Mira cada espacio de la oficina con adoración.
No está decorada la gran cosa porque odio los objetos innecesarios en los lugares donde trabajo, y en casa, pero las paredes están llenas de cuadros que Alen pinto para mi y ya no caben en mi habitación de la casa.
— Tienes dos reuniones con los nuevos socios sobre el nuevo proyecto, un almuerzo con un amigo de tu padre, ir a tomar el café con una amiga de tu madre, hablar con el ejecutivo del banco sobre la cuenta de Danela y por qué demonios los números bajan tan rápido...— hace una mueca al echarle un ojo más de cerca a su tableta. Luego continúa negando con la cabeza, yo solo ruedo los ojos.— Tienes que revisar unos documentos y firmarlos, y por último tienes una cena con...— se quedo callada y levanto la cabeza, estaba ya firmando algunos papeles. Sol me mira apenada mientras abre la boca un poco.— Alan.
Uy no.
Se me seca la garganta al escuchar el nombre de mi ex. Se que terminamos en buenos términos, siendo "amigos", pero aún así. ¿Cenar con él? ¿En qué momento dije que aceptaría cenar con Alan?

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SANO amor
Любовные романыUn secreto puede corromper una familia completa. Los problemas de nuestros padres no deberían de ser un problema el cual los hijos deban de cargar, o peor aún, pagar las consecuencias. Cuando la seguridad está en riego, la vulnerabilidad convierte e...