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Traiciones

— Esto es lo qué hay.— dijo la madre de Gustavo. Todo mientras extendía un plano sobre la mesa y varios documentos.

— ¿Y todo esto qué es?— preguntó Max comiendo una bolsa de plátanos secos. James le dio un zape en la cabeza para que se callara y prestara atención sin interrumpir.

Todos estaban rodeando una amplia mesa en una de las oficinas de la agencia en la que anteriormente trabajo Vivían. Gustavo esperaba pacientemente que su madre diera las instrucciones mientras sus dos amigos estaban de pie a cada lado suyo. También esperando indicaciones junto con más agentes especiales.

Ayer habían dado una declaración a las autoridades que se encargaban del ataque y secuestro a la familia Relish. Todos esperando que prontamente puedan hacer algo para que la familia estuviera en paz.

Aunque las declaraciones de la familia no fueron de gran ayuda, si habían sembrado una espina en la cabeza de los tres guardaespaldas. Esa espina tenía nombre y apellido. Kiara Relish.

Desde un inicio estuvo presente con Alen mientras esta estaba declarando, abordando a todo lo que decía la joven. Hasta que llegó un punto que Max se sintió incómodo cuando tuvo la oportunidad de ver la grabación. La pobre Alen estaba más asustada que nunca, y su madre la ponía aún más nerviosa. Lo que hubiera dado Max por estar ahí presente apoyándola.

Gustavo y James estuvieron muy atentos a la grabación del interrogatorio de Kiara. La mujer estaba muy nerviosa cuando se le preguntaba si tenía alguna relación directa con la mafia. Aunque era muy buena actriz, Gustavo y James sabían detectar cuando una persona tenía miedo de las consecuencias de algo.

Mientras que de Danela no se sabía nada, seguían sin dar señales de vida sobre ella, lo que le carcomía la cabeza a Gustavo. Quien era el más desesperado por saber algo.

— Lo último de lo que se está al tanto es que Danela está fuera del país. Lo que nos temíamos.— exclamó Vivían señalando unas fotografías. Eran unas cámaras de seguridad que habían registrado unas camionetas desconocidas llegar a un aeropuerto privado. Donde había aterrizado un avión sin permisos del gobierno estadounidense.

— Lo más probable esté al otro lado del mundo.— comentó James. Le preocupaba mucho Danela.

— La mafia de Daniel es una mafia muy poderosa en Alemania, aparte de los Estados Unidos. Tienen aliados en casi todos los gobiernos del otro lado del mundo y de Estados Unidos.

— Así que estamos muy jodidos.— suspiró Max.

— Aunque tienen muchas debilidades en Nueva York todavía. Tienen a muchas mafias enemigas lo que les complica el paso completo a nuestro país.— señaló Vivían.— Es muy importante saber que pasos daremos para no poner en riego investigaciones y operativos de años. El FBI ha intentado capturar a Daniel durante dos años y no ha podido. Se dice que es más inteligente que su padre, al igual que obsesivo con lo que quiere.

— ¿A qué te refieres?— preguntó Gustavo.

Vivían suspiro mostrando algunas fotografías y documentos que acababa de traer una chica.

— Daniel tiene una horrible obsesión con Danela. Desde antes de sustituir a su padre ha estado pendiente de ella muy de cerca, sabe todos sus movimientos. Además no ha estado con ninguna mujer en toda su vida.

— Es un puto loco.— murmura Max tirando a la basura la bolsa vacía.

— No solo es un obsesivo, también es muy peligroso. No es como quitarle un dulce a un niño, es como quitarle a un asesino su arma favorita.— termina de decir Vivían.— Hay que ir con mucho cuidado.

SANO amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora