Gus Gus
Narra: Danela RelishNo puedo creer lo que estoy escuchando. ¿Están hablando mal de Alen?
De mi realmente no me importa, no tengo que rendirle cuentas al gorila de turno que me tocó. En cambio Alen es una chica sensible, si escucha esto lo más seguro se sentiría muy mal.
Gorila uno, ósea mi guardaespaldas, se puso de pie al verme.
— Señorita Danela, nosotros...— trató de hablar, pero levante la mano para que se detuviera. No quería escuchar una excusa patética salir de su boca.
— En realidad no me importa lo que digan de mi, me da igual si te caigo bien o mal, o si soy fácil de cuidar o no. Solo no mencionen a mi hermana. Alen no merece que unos intentos de guardaespaldas le digan que es aburrida, ella no está para divertirlos.— me cruce de brazos al ver a Víctor entrar en la cocina en completo silencio. Conociéndolo había estado escuchando tras las paredes.
Como buen chismoso.
Ambos gorilas asintieron sin chistar. Batman, que estaba al otro lado, me sonrió y le devolví el gesto.
— Mi hermana te espera.— le dije con dulzura, él si me caía muy bien, recordando que Noly me mando a buscarlo.
— Gracias.— me dijo, casi corrió para ir con ella. Me volteé hacia mi guardaespaldas para hablar de nuevo completamente sería.— Tengo que ir a la universidad.
— La acompañó.— dijo acercándose. Era realmente guapo y alto. De cabello rubio oscuro y con una mirada negra como la noche misma. Maldita sea, si no tuviera una actitud de mierda me gustaría físicamente demasiado.
Me di la vuelta caminando al garage, donde estaba mi auto.
— Espero que no te moleste mi auto. Si mi niña no es de tu agrado, me da reverendo igual.— dije mientras abría la puerta del conductor. En ese momento se interpuso en mi camino y me quitó las llaves.
— Yo conduzco.— me dijo con voz grave que casi me da un infarto. Estaba muy cerca de mi y no parecía querer retroceder.
— Te vas a ver hermoso conduciendo un auto rosado.— murmure con sarcasmo y una sonrisa.
— Mi masculinidad no es frágil, señorita.— respondió para mi sorpresa. Dio la vuelta y mi expresión casi lo hace sonreír.
Abrió la puerta del pasajero y con una mueca me subí cruzada de brazos. Me disgustaba que alguien me dejara sin poder objetar, y parecía que Gus Gus no era alguien a quien le gustara guardarse una respuesta.
— Como le hagas un mísero rasguño te castro.— amenace mientras miraba a través de la ventana. Él arrancó en silencio a la vez de que yo encendía la radio. Me encanta la música que sale en una emisora en particular, no hay tanta palabrería como en las otras y la música es de los 80's.
Le di las indicaciones para poder llegar a la universidad a la que asistía mientras él asentía sin hablar.
— ¿Estudia ingeniería civil?— me preguntó sorprendido mientras aparcaba el auto en el estacionamiento de mi universidad. Solo habían autos de alto costo estacionados, la mayoría de profesores, aún así todo el que entraba a esta universidad tenía un asfixiante olor a dinero.
— ¿No parezco capas?— pregunté con una sonrisa mientras salía del auto. Gus Gus camino a mi lado hasta llegar a la entrada, donde Leon vino de inmediato y se interpuso en su camino.
— Muñeca.— me llamo y miro a mi gorila de arriba a bajo. Este último hizo lo mismo, y cuando le di un empujón para que se quitara hizo una mueca.

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SANO amor
RomanceUn secreto puede corromper una familia completa. Los problemas de nuestros padres no deberían de ser un problema el cual los hijos deban de cargar, o peor aún, pagar las consecuencias. Cuando la seguridad está en riego, la vulnerabilidad convierte e...