ADELINE IVANOVA
—Deberías irte—pronuncio.
Mi mirada está fija hacia afuera y no soy capaz de mirarlo a los ojos .
Vincent suelta una risa irónica.
—No te voy a dejar sola justo ahora—determina.
Pongo los ojos en blanco y volteo a verlo.
—Vincent, es peligroso —pronuncio mirándolo a los ojos—. Además, cuando abran la causa por la desaparición de Lidian no va a ser buena idea que estés aquí conmigo—intento convencerlo.
Su ceño se frunce y aún así su silencio me dice que está meditando cada una de mis palabras.
No quiero poner en riesgo a Vincent, las cosas se pondrán feas y cuánta más debilidades tenga más daño me harán. Voy a estar bien, además, necesito que él vaya y me mantenga al tanto de todo aquí me siento perdida y esperando que lo peor suceda en cualquier momento.
Sé que Lara hará hasta lo imposible para comprobar que yo maté a Lidian, una parte de mí se siente segura de que no existan pruebas pero también sé que la persona que me ayudó en ese momento fue Khlaus Petrov y si él quiere hundirme para demostrarme que es el que manda, lo hará sin dudarlo.—Estás embarazada, es inútil que te deje aquí sola—dice apenado.
Sabe que es mejor idea que se vaya pero sigue indeciso.
Suspiro.
—Sé defenderme perfectamente y además tengo la protección de la mafia francesa, ¿Te parece poco?—inquiero agotada.
Traga saliva y se acerca hacia mí, lo veo ponerse de cuclillas para darme un beso en la barriga, toma ambas manos y me mira a los ojos con una mirada profunda.
No me quiere dejar.
Suspira luchando contra sus instintos protectores.
—Está bien—acepta finalmente —. Pero me mantendré en contacto todo el tiempo.
Sonrío y asiento con la cabeza.
Me da un beso en la mejilla y se para para luego alejarse, cuando me da la espalda siento como una extraña sensación dentro de mí. Me quedo pensativa por unos segundos y respiro hondo.
Quiero decirle que lo quiero.
Que se ha vuelto importante para mí.
Pero por una puta razón no puedo hacerlo, hay algo dentro de mí que aún teniendo confianza en Vincent no me permite expresar lo que siento.
Las horas pasan y él está a punto de irse, le ha costado demasiado. Sé que al llegar allá tendrá que enfrentarse a los Petrov porque será lo primero que harán al verlo, cuestionarlo. Me ha dejado algunos armamentos que pudimos tomar de la finca, me siento a salvo teniéndolos.
Antes de subirse al auto me da una última mirada y deposita un beso tierno en mi frente que por alguna razón me brinda paz.Lo veo irse y sé que yo le he dicho que se fuera pero un pequeño vacío queda en mí al quedarme sola una vez más.
Aquí estoy completamente sola.
Pierdo de vista el auto y respiro hondo antes de entrar a la casa, este pueblo es tranquilo y pareciera solitario. Aún no he salido a otra parte y supongo que es momento de dar una vuelta por el lugar. Siento muchas ganas de comer aceitunas verdes desde hace días y no he dicho nada para no sonar como una embarazada caprichosa pero creo que iré en busca de ellas.
Tomo una cartera pequeña y mis lentes de sol, pongo el seguro en la puerta de la casa y comienzo a caminar lentamente por las calles del pueblo. El día está hermoso y el aire aquí es otro, como si todo fuera paz y no estuvieran enterados del caos que es afuera.
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El juicio del Diablo ||#2 TRILOGÍA PURGATORIO||
RomanceAdeline arriesgó todo lo que le quedaba en destruirlos, incluso su vida y un mal paso está por acabar con ella. La traición no tiene perdón y los hermanos Petrov harán lo que sea para castigarla por ello. Una guerra sangrienta está en camino. Una pa...