Capítulo 31🐍

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ADELINE IVANOVA

Todo esto es real.

Khlaus y Keegan Petrov están arrodillándose ante mí como demostración de su redención.

Los sollozos no paran y lo único que hago es mirarlos a los ojos mientras las lágrimas no dejan de caer, sé que para cualquiera esto es un completo show pero los tres sabemos lo mucho que significa. El Pakhan y el Vor jamás se han arrodillado ante nadie.
Desde el momento en que entraron a mi vida presentí el caos que me traerían pero nunca imaginé tener una conexión tan especial con dos hombres como ellos.

Por alguna razón este momento me asusta y mucho. Toda mi vida he estado acostumbrada a que las personas me abandonen, Lidian incluso nunca dejó su orgullo por mí y lo único que necesitaba de su parte era un abrazo sincero, simplemente eso. Ni todos los años de terapia me ayudaron a superar el hecho de que nunca nadie se sacrificaría por mí.

A pesar de las traiciones, las idas y vueltas, los rencores, la maldita oscuridad que hay en nosotros tres, yo me he entregado en cuerpo y alma a los hermanos Petrov. Quizás nunca tenga la valentía de confesarlo pero gran parte de mí alma siempre le pertenecerá a ambos sin importar lo que suceda con nosotros.

Este momento, sus miradas, la hermosa sensación y tan solo una acción vale más que un Te amo para mí...

Khlaus dejó su orgullo y soberbia de lado para demostrarme que se entrega a mí sin importar las consecuencias. Lo miro a los ojos y cuánto sus ojos celestes me invaden mi pulso se altera, me sonríe y realmente no puedo creer que esto sea real. Keegan me ha puesto como prioridad sin importar todo lo que se le venga encima y su mirada solo me hace confirmar una cosa que se viene a mi mente.

Siempre han sido ellos...

Me acerco lentamente mientras trato de controlar las lágrimas, extiendo ambas manos para ayudarlos a levantarse y la toman de inmediato, trago grueso intentando bajar el nudo en mi garganta y observo a ambos parados frente a mí. Nuestras respiraciones se chocan y comprendo que no importa cuánto intenté huir de ellos, serán mi adicción por siempre.

Me envuelven con sus brazos y los miro sonriendo entre lágrimas.

Sé que están esperando una confirmación de mi parte y me cuesta muchísimo expresar mis emociones pero inmediatamente encuentro la manera.

—La oscuridad nos une y el fuego nos alimenta—pronuncio con la voz ronca y ambos me miran sorprendidos—. Nuestras llamas siempre se encuentran...

Noto el brillo en los ojos de ambos al escucharme pronunciar aquellas palabras tan importantes y tan descriptivas para los tres.

—En la tierra o en el infierno—habla Khlaus mirándome a los ojos.

Sonrío.

—En esta vida o en la otra—continúa Keegan.

Trago saliva y no aguanto un segundo más, envuelvo mis brazos en ambos para besarlos y sentir sus adictivas bocas que han sido mi perdición desde el primer momento.

Los hermanos Petrov me han hecho probar su veneno y no hay forma que pueda liberarme de él.

Me separo un momento y cierro los ojos mientras respiro hondo al inhalar su aroma tan exquisito. Me acarician la barriga y jamás creí que la paz sería como este momento.

—¿Se meterán al Jacuzzi conmigo o me dejaran sola?—inquiero en un tono pícaro.

Ambos sonríen.

—¿De verdad crees que rechazaría está propuesta?—pronuncia Keegan en un tono juegueton.

Río y me voy a meter al jacuzzi, me sumerjo y disfruto mucho mientras que espero a que ellos dos se metan también. La vista desde aquí es preciosa y relajante, apuesto a que mis bebés están disfrutando este momento tanto como yo. Keegan y Khlaus se adentran y nuestras pieles se rozan, se colocan uno en cada lado al lado mío y no hace falta decir nada más porque el silencio es demasiado reconfortante.

El juicio del Diablo ||#2 TRILOGÍA PURGATORIO||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora