ADELINE IVANOVA
—¿Cuánto tiempo piensas tenerme aquí?—pronuncio tranquila.
Él ni siquiera me mira.
—Hasta que me aburra—responde sin problema.
Ya ni siquiera tengo fuerzas y se me agotan las putas baterías, el maldito hijo de puta me ha dejado dos días aquí con el cadáver de mi hermana en frente. Ha sido más doloroso que cualquier otra tortura.
No sé si ya me volví completamente loca o aún queda un poco de consciencia en mi.
Siento que muero lentamente y es justamente su objetivo principal desde el comienzo, verme caer a lo más bajo como nunca nadie lo ha logrado. Él ha jugado con mi mente, ha dejado marcas en mi cuerpo, ha destruido mi alma y jugado con mis emociones, me hizo sentir enferma e incapaz de diferenciar la realidad de la alucinación...
Elliot me humilló y destrozó cualquier reputación que he tenido en el mundo.
Quebró a la abogada del Diablo, pisoteó a la reina de la mafia y se burló de la primera dama.
Lo observo como un depredador a su presa, desde mi incómoda posición y el cuerpo adolorido. Sigo lentamente cada movimiento y paso que da con mi mirada, como si intentara descifrar la manera de joderlo de una buena vez.
Toda mente tiene un precio.
—Supongo que tanto tiempo aquí me he empezado a amigar con tu miserable compañía —le digo sin siquiera moverme.
Se tarda unos segundos en voltear y verme a los ojos detenidamente.
Mi mirada azul nunca falla y mucho menos en un hombre, podrá ser un puto psicopata pero no deja de ser un estúpido hombre.
—¿Ah sí? ¿Aún después de asesinar a tu hermana?—inquiere.
Está probándome.
Pruebas y manipulación, al parecer no sabe que me la he pasado la mayor parte de mí vida en terapia y no solo eso, he convivido con mismísimos hermanos Petrov.
Hago una mueca sin importancia.
—Tuve mi momento de crisis emocional, supongo que en el fondo me da alivio de que ya no esté para estorbarme—pronuncio, fingiendo sin ningún pudor.
Él parece interesarse porque deja todo lo que estaba haciendo para caminar lentamente hacia mí, lo tengo de frente. Me observa detenidamente como si intentara descifrar la manipulación de la maldita serpiente frente a sus ojos.
Sostengo la mirada fija hasta el último segundo.
Relamo mis labios resecos.
—Sé que se supone que eres el villano de esta temporada pero, ¿Puedes hacerme un favor?—hablo con tranquilidad, como una desquiciada.
Noto y huelo su confusión, es la segunda vez que destruyo su autocontrol.
—No lo haré pero dime—habla firme.
Sonrío mirándolo a los ojos y su mandíbula se tensa.
—Bésame—pronuncio segura.
—¿Qué?—inquiere de inmediato con nerviosismo.
El asco que le tengo es algo realmente de otro mundo pero haré lo que mejor sé hacer para salir de aquí y cuando lo logre, prometo que acabaré con él de una manera que seguirá acordándose de mi cuando se retuersa en el infierno.
—Ya sabes que soy una ninfómana—hablo—. Ya no me aguanto, es mucho tiempo, al menos quiero un beso—digo con una sonrisa de perra pervertida.
No es idiota, sabe que soy capaz de cualquier tipo de manipulación pero como dije antes, no deja de ser hombre y es capaz de poner en duda con tal de probar a una mujer como yo.
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El juicio del Diablo ||#2 TRILOGÍA PURGATORIO||
RomanceAdeline arriesgó todo lo que le quedaba en destruirlos, incluso su vida y un mal paso está por acabar con ella. La traición no tiene perdón y los hermanos Petrov harán lo que sea para castigarla por ello. Una guerra sangrienta está en camino. Una pa...