ADELINE IVANOVA
—Aquí está bien—hablo.
Él me observa dudoso.
—¿Estás segura?—inquiere—. No soy un secuestrador—expresa en un tono divertido.
A estas alturas nada me sorprende realmente.
Me quedo callada y él decide hacerme caso, frena el auto y me preparo para bajar pero me detengo pensativa. Giro mi rostro hacia él y lo miro a los ojos.
Antes de que tenga tiempo de decir algo, él lo hace.
—¿Puedes darme tu número?—pronuncia directo —. Ya sabes, por si necesitas delivery de aceitunas.
No puedo evitar reírme.
Suspiro y me tomo unos segundos para pensar hasta que acepto, le doy mi nuevo número y me bajo del coche después de despedirme.
Lo veo irse y camino tranquila las pocas cuadras que me quedan para llegar a la casa, no es muy grande pero está muy bien. Llego y me sorprende ver una camioneta polarizada estacionada en la puerta, me preparo pero luego me doy cuenta de que se trata de André.
Me he olvidado por completo.
Me espera impaciente en la puerta con las manos en los bolsillos.
Camino segura hasta estar frente a él, su mirada cae sobre mí y ambos guardamos un completo silencio. Lo dejo pasar, sirvo un trago de whisky para él y me siento en el sofá.
El Boss observa la casa mientras bebe lo que le servi.
—Nada mal pero no es un castillo digno de una reina cómo tú —dice refiriéndose a la casa.
Finjo que acepto su cumplido y luego lo ignoro por completo.
El mayor error de los hombres es creer que alimentar el ego de una mujer con "cumplidos" baratos es lo que les asegura el título de hombre del año. Lo que no saben es que las mujeres nos alimentamos nosotras mismas con cumplidos verdaderos, una frase bonita que nos dice un hombre tan solo nos hace sentir bien.
Una mujer segura es un peligro letal y por eso los hombres tienen tanto miedo de que no dependamos de su género.
Es por esa maldita razón que sé perfectamente que hoy el Boss es mi aliado por conveniencia y sobre todo porque me ve por debajo de él. Si yo en este momento estaría cargada con todo el poder que pude haber tenido en la mafia, él sería mi enemigo y no mi aliado en esta guerra.
Quieren que descubras tu poder para que les sirvas pero nunca te permitirán que seas más poderosa que ellos. Es la ley oscura de la vida.
Sin embargo, donde hay necesidad hay debilidad y dónde hay debilidad existe la manipulación.
—¿Qué haremos primero?—inquiero mirándolo segura.
Él traga saliva y finje tranquilidad.
—Quiero a Kamille, como sea—pronuncia firme.
Sonrío.
Darle a Kamille va a ser perfecto para que deposite su confianza en mí, de todas formas su principal objetivo es acabar con la mafia rusa y sabe que soy la única persona que podría darle la fórmula para eso. Él necesita de mí y yo voy a utilizar su necesidad.
Ella no sale de la finca, para nada. Salir sería entregarse sola y se queda allí dentro porque se siente segura, sabe perfectamente que con los Petrov cuidandole la espalda no le va a suceder nada.
En estos momentos debe estar queriendo tomar poder, empleando cada una de sus tácticas fingiendo que solo está ahí para ayudar en lo que necesiten. Khlaus y Keegan deben estar hechos una bola de rabia y con tal de encontrarme van a aceptar que ella ocupe el lugar que quiera para sacarse un peso de encima.
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El juicio del Diablo ||#2 TRILOGÍA PURGATORIO||
RomanceAdeline arriesgó todo lo que le quedaba en destruirlos, incluso su vida y un mal paso está por acabar con ella. La traición no tiene perdón y los hermanos Petrov harán lo que sea para castigarla por ello. Una guerra sangrienta está en camino. Una pa...