El juicio del Diablo ||#2 TRILOGÍA PURGATORIO||

Capítulo 3🐍

ADELINE IVANOVA

Un mes.

Un jodido mes metida aquí dentro como una prisionera, aunque Khlaus no quiera demostrarlo ante los demás. Lo peor de estar aquí es saber que no estoy siendo dueña de mi libertad, eso me sofoca por completo. Vincent ha estado conmigo todo este tiempo y está exageradamente emocionado por el embarazo, sin embargo, no se ha guardado sus opiniones.

"Ellos jamás te dejarán ir"

Me enfadé mucho cuando lo dijo pero sé que tiene razón.

Estos bebés les "pertenecen" y los Petrov jamás me soltarán.

Pero me importa una mierda, no les dejaré nada fácil. Verán que han cometido su peor error al escoger el reemplazo.

Yo no soy Kamille.

Y no voy a serlo Jamás.

Soy Adeline Ivanova y no les tengo miedo.

—Disculpe, Reina, ya le dejé su pedido en donde me pidió—pronuncia uno de los voyeviki.

Le doy una mirada de aprobación y se va de inmediato.

Los Petrov están ideando demasiado bien su plan de que todos crean que las cosas entre nosotros siguen igual y sé perfectamente por qué lo hacen...

La organización no dudaría en matarme y cortarme en miles de trocitos que le darían de comer a los tiburones.

De hecho, desde el primer momento que supieron de mi existencia lo desean pero ahora solo tendrían el motivo perfecto para hacerlo.

Cada día se me suman más enemigos y eso me está estresando bastante.

Me miro en el reflejo del ventanal mientras termino de comer mis fresas con chocolate, he estado comiendo como una cerda y ni siquiera lo puedo controlar.

Hoy visto un vestido negro de mangas largas de una tela fina y elastizada que se amolda a cada centímetro de mi cuerpo, al pegarse tanto, el vestido resalta mi barriga que ha crecido lo suficiente como para que los demas lo noten. Mi embarazo no es para nada un secreto.

Odio estar embarazada.

No puedo evitarlo.

Me fastidio por todo, me siento mucho más emocional que de costumbre, literalmente cargo con un peso extra todos los días de mi vida y todos los malditos síntomas me ponen irritante.

¿Esto es lo que se supone que "soñamos" desde niñas?

Agh.

Dejo el tazón con la última fresa sobre la mesa y acomodo delicadamente mi cabello para comenzar a caminar por la finca hasta llegar a la cueva. Me abren la puerta de inmediato y uno de los hombres me da una mirada de miedo.

Me ha estado pasando seguido desde que supieron que estoy embarazada, supongo que es normal. Una tipa viene aquí a romper todas las reglas ancestrales, se declara la Reina de la mafia rusa y además lleva a los próximos herederos y sucesores en su barriga.

Yo también me miraría de esa manera.

Limpio delicadamente mís dedos con ratros de fresas y observo mis hermosas uñas largas.

—Lo sabía—dice y suelta una risa resentida.

Decido mirarlo a los ojos y lo hago de la manera más despreciable que me sale.

—Por supuesto que lo sabías, Zell—expreso relajada.

El traidor.

La maldita rata que me traicionó.