ADELINE IVANOVA
Esto es una puta tortura que solo estoy soportando por mis hijos, ellos son los únicos que me dan fuerza en este momento. La siguiente habitación es una parte más del laberinto mental que nos ha puesto este maldito imbécil. Las paredes están decoradas con imágenes nuestras en todos estos años, perfectamente en cada momento que me creía a salvo estaba siendo observada por él, lo único que quiere con esto es demostrarme que siempre ha estado ahí...
Camino lentamente observando las fotografías y observo una en especial, mi boda con Max.
No fue la más romántica ni la más social pero recuerdo lo bonito que pasamos ese momento, Ava estaba con un vestido blanco hermoso y mis mellizos eran tan pequeños que a penas me doy cuenta lo mucho que han crecido. Hay una sonrisa en mi rostro, me enfoco en la mirada de Max y noto como me observaba... Aquella manera tan única que siempre tuvo de mirarmr. La angustia me abruma y los ojos se me llenan de lágrimas, él ha hecho muchísimo por mí.
—¿Lo amas al menos?—inquiere Kamille que se acerca a mi lado.
Trago grueso y no quito la mirada de la foto.
—Siempre lo he amado—respondo segura.
Limpio mis lagrimas.
—Pero no de la manera que amas a los Petrov—susurra como si se lo estuviera diciendo a ella misma.
Giro mi rostro y la miro a los ojos.
No sale ni una palabra de mi boca, no soy capaz de decir algo al respecto aunque ya se la respuesta.
Sigo caminando lentamente y ver los últimos cuatro años de mi vida rodearme me hace sentir como si este fuera mi último vistazo, no soy cobarde pero la sensación de que no saldré viva de esta me persigue.
Un nudo en la garganta me asecha por completo y no puedo evitar que las lágrimas caigan sin parar por mis mejillas.
Él quiere afectarme emocionalmente y yo ya no tengo fuerzas para sostener mi fragilidad emocional.
—Estaras bien—susurra Kamille casi sin tono—. Podrás volver con tus hijos y vivir la vida que te mereces, sé que se supone que somos enemigas pero déjame decirte que no hay mujer tan fuerte como tú Adeline—pronuncia mirándome a los ojos y sonríe dejando su orgullo de lado.
Trago saliva y sonrío delicadamente.
—Saldremos de aquí—respondo.
Su sonrisa se borra y noto como se tensa, aún no puedo creer que realmente no tiene esperanzas de salir de aquí.
—¿Qué? ¿Otra vez volverá tu pesimismo?—inquiero.
Ella suspira y vuelve su mirada rota a mi.
—Tú... Tú tienes personas que te esperan Adeline—confiesa en un tono ronco y roto.
Entiendo a lo que se refiere y realmente creo que me siento mal por ella, verla así de rendida.
—Basta de momentos melodramáticos reinas—se escucha una voz masculina resonar por la habitación y seco mis lagrimas.
Este maldito idiota otra vez.
Volteo y me quedo dura al ver que esta vez no esta hablando a través de un altavoz, el silencio es absoluto y puedo escuchar mi respiración agitada resonar mientras que mi mirada se enfoca directamente en el hijo de puta que tengo a unos pocos metros. Él sonríe y su mirada es totalmente macabra, aún más que lo que se veía por la pantalla.
Ni siquiera sé cómo reaccionar, a pesar de que llevo semanas de conocer a Elliot es como si lo estuviera viendo por primera vez realmente, lo examino de pies a cabeza y no puedo creer que no lo vi venir, sus razgos son muy similares a los de él.
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El juicio del Diablo ||#2 TRILOGÍA PURGATORIO||
RomanceAdeline arriesgó todo lo que le quedaba en destruirlos, incluso su vida y un mal paso está por acabar con ella. La traición no tiene perdón y los hermanos Petrov harán lo que sea para castigarla por ello. Una guerra sangrienta está en camino. Una pa...