Capítulo 1🐍

8.5K 588 95
                                    

"Incluso el corazón tiene redención"

ADELINE IVANOVA


Siempre he sufrido las consecuencias de mis propios actos, siempre he tenido que recibir ese típico comentario de:

"No siempre te va a salir todo bien"

Y en parte tenían razón pero nadie es capaz de entender lo que pasa por mi mente, nadie puede sentir lo que siento.

Cometo errores.

Errores que pueden costarme la vida, como por ejemplo este.

Pero no puedo evitarlo, no es algo que esté en mis manos. Vivo mi vida al límite, a veces dramáticamente y otras veces más tranquila pero siempre es un conflicto del cual no encuentro la solución. Puedo actuar impulsivamente como también puedo pensar demasiado las cosas, puedo no sentir miedo a nada como también puedo temerle al mundo entero.

Es una montaña rusa emocional que jamás acaba su vuelta.

A veces creo tener el control, más bien, me convenzo a mi misma de que lo tengo porque es lo único que me puede hacer sentir mejor.

Nadie tiene idea de cómo es vivir sin tener el control de una misma...

De sentir demasiado o no sentir nada.

Vivirlo todo o no querer vivir.

Sentirse en el precipicio todo el maldito tiempo.

Me he jodido yo sola, arriesgué mi vida y confíe tanto en que me saldría bien que yo misma me terminé saboteando.

Ahora estoy aquí, siendo llevada como una maldita presa a mi posible muerte. Sin embargo, estoy en la etapa emocional en la que no tengo miedo, tal vez ni siquiera caí en cuenta de lo que está pasando realmente o quizás no me importe.

Sé lo que se viene.

Me van a torturar.

Me van a hacer sufrir.

Sacaran lo peor de mí.

Y luego se desharán de mí.

Quisiera decir que estoy aterrada y que voy a suplicar por mi vida pero simplemente no lo siento. No siento nada y no sé si es mejor que sentirlo todo.

Una vez me dijeron: "no le temes a la muerte porque tú misma buscas llegar a ella todo el tiempo"

Tal vez es así.

Tal vez siempre he hecho cosas aún sabiendo las consecuencias graves tan solo para llegar a esto.

Porque hasta que no siento el dolor en toda su expresión, no lo siento real.

Y esta vez es lo mismo.

Estoy preparada para la tortura y no porque sea experta, sino porque no hay mejor resistencia que la persona que ha vivido siempre en el dolor.

Aquí estoy.

Atada de pies y manos en una sucia silla, en la misma maldita cueva en donde me la pasé torturando a otras víctimas.

Ni siquiera me inmuto y eso les da las rabia.

Todo está oscuro, húmedo y sucio. Abro los ojos cuando alguien entra por la puerta mientras enciende una débil luz amarilla. Trago saliva y sonrío de una manera enfermiza cuando veo a Keegan pararse frente a mí. Su mirada solo expresa rabia, se siente dolido y lo peor de todo, traicionado.

No siento pena, mucho menos culpa.

Cada uno hace lo que sea necesario para conseguir lo que quiere y los hermanos Petrov lo saben mejor que nadie.

El juicio del Diablo ||#2 TRILOGÍA PURGATORIO||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora