ADELINE IVANOVA
Trueno mis dedos reiteradas veces mientras intento fluir sin que los demás se den cuenta de la ansiedad que me está consumiendo en este instante, estamos sentados cenando y mi apetito es cero. Los mellizos comen mientras hacen un desastre como es de costumbre mientras que Ava está en un completo silencio sin tocar su comida.
El corazón se me estremece y siento tanta rabia de que Lara haya actuado de imprevisto con una situación tan delicada cómo esta. Su maldito ego no soportó escuchar que Ava la llamó tía y le dijo que era su madre sin ningún tipo de delicadeza, como siempre solo estaba pensando en ella y en marcar el puto territorio.
El ambiente está demasiado tenso y no he cruzado ni una mirada con Max, me está molestando demasiado su actitud con este tema. Lo hemos hablado por mucho tiempo y no me gusta para nada que de un momento a otro se cague en todo lo que habíamos planeado y haga las cosas a su manera. Soy consciente que tengo más derecho que Lara pero aún así me siento como si me hubieran puesto unas esposas y por más que quiera no puedo llevar las cosas a mi manera, acoplarme a las decisiones de Lara y Max no me gusta para nada.
Él es mi jodido esposo y debió poner límites pero prefirió hacerme a un lado indirectamente y no darme voz en las decisiones tan importantes para Ava en este momento.
Mi rabia aumenta y estoy tratando de ser pasiva por el solo hecho de que a mí sí me importa cuidarle la mente a Ava.
-¿A qué te dedicas Elliot?-pregunto de la nada.
Apoyo mis codos sobre la mesa mientras entrelazo mis manos tomando una postura de liderazgo.
Él me mira y sus ojos celestes me examinan con profundidad.
-Soy médico forense-responde seguro.
Mi mirada fulminante e imponente no sale de él, Max come intentando apagar la tensión del momento mientras que Lara nos observa como si realmente creyera que soy capaz de robarle el esposo por segunda vez.
Bueno, realmente sí soy capaz pero mis estándares ahora están cada vez más altos.
-Supongo que has cargado con varios muertos-pronuncio con doble sentido y su expresión me dice que ha entendido la referencia.
Sonríe falso y traga saliva.
-Así es, me agrada pasar tiempo con los muertos-dice sonriente llevando la conversación a otra parte.
El sonido de un celular interrumpe el momento incómodo, aprovecho para tomar mi copa y beber un poco de agua. Estoy saturada.
Elliot toma su celular y se disculpa con nosotros mientras se pone de pie para contestar la llamada en una esquina, lo sigo con la mirada y sé que parezco una paranoica pero ese tipo no me convence para nada, alguna falla tiene que tener para haberse casado con la idiota de mi hermana.
-Mamá, esta comida no me gusta-dice Kataleya con un tono autoritario.
Suspiro.
Se ha comido medio plato y se le ocurre decir eso.
-Kataleya, sí que te gusta y te lo has comido casi todo-expreso en un tono lleno de estrés.
Ella se cruza de brazos y me desafía con la mirada.
Lara observa la situación y noto una sonrisa maliciosa en su rostro.
-Dije que no me gusta, quiero nuggets -exige la niña de cabello dorado y ojos intensamente azules.
Maldita Sea.
La miro y intento debatir en mi mente si es el momento correcto para ponerle límites, su personalidad es tan arrasadora y dominante que realmente la amo pero hay veces que me agota.
ESTÁS LEYENDO
El juicio del Diablo ||#2 TRILOGÍA PURGATORIO||
RomanceAdeline arriesgó todo lo que le quedaba en destruirlos, incluso su vida y un mal paso está por acabar con ella. La traición no tiene perdón y los hermanos Petrov harán lo que sea para castigarla por ello. Una guerra sangrienta está en camino. Una pa...