ADELINE IVANOVA
Trago grueso y volteo a ver pero lo que veo me sorprende por completo y mi rostro expresa la confusión.
Nadie está herido.
Ninguno disparó y de hecho me miran con la misma duda, intentando saber de donde vino el disparo.
Y entonces de inmediato comienzo a caminar rápido hasta la casa, los pies no me dan más y me agoto de inmediato pero continúo en un intento de correr hacia la casa pero a unos pocos metros de la casa me topo con la escena más horrible de mi vida. Me paralizo por completo y lo único que puedo hacer es tapar mi boca con ambas manos mientras los sollozos se escapan.
No..
Por favor no.
Mi cuerpo tiembla y no soy capaz de controlarme pero hago todo mi maldito esfuerzo en acercarme y ponerme de cuclillas ante el cuerpo ensangrentado de Vincent que está tirado en el césped del jardín.
Tiene un disparo en el pecho, muy cerca del corazón.
—¡No, Vinc, no!—suplico entre llantos.
Aún está consciente y me tiro a su lado para colocarme en una buena posición y tapar la herida de bala con mis manos que se llenan de sangre de inmediato, intento hacer presión pero es en vano, ni siquiera soy capaz de tener la fuerza suficiente en este momento.
Sus ojos oscuros están rojos y llenos de lágrimas, no puedo dejar de llorar y observo el momento justo en que él a pesar del dolor se esfuerza en girar su rostro para mirarme a los ojos y hacerme sentir que todo el maldito mundo se me viene abajo.
—Ka...—susurra casi sin poder hablar—. Kaia—logra pronunciar con dificultad.
Kaia.
Carajo.
Miro al portón de salida y noto que dos guardias están muertos y los latidos se me alteran cada vez más al darme cuenta de lo que está sucediendo.
Tomo el rostro con mis manos llenas de su sangre y lo obligó a mirarme a los ojos aunque cada vez está menos consciente y su ojos se cierran poco a poco.
—Vincent—expreso en un sollozo ahogado—. No me hagas esto, por favor...
Su mirada se conecta con la mía y no puedo soportar el dolor y la rabia que me provoca verlo así frente a mí y saber que lo estoy perdiendo en cuestión de segundos.
Perdió mucha sangre...
¡Joder, no!
No se puede morir, Vincent no se va a morir.
—Eres mi hermano Vincent—le digo en un llanto escandaloso—. Tienes que protegerme, ¡No puedes dejarme sola!—grito en un tono de frustración.
Está lleno de sangre y los párpados comienzan a tener peso sobre sus ojos, mi sistema está alterado y siento como la respiración se hace más escasa en mí. Él logra levantar su mano y colocarla encima de la mía para darme una caricia que es más como un agarre sin fuerza. El nudo de mi garganta se hace cada vez más grande y no soy capaz de reaccionar de otra manera.
Miro la salida y lo vuelvo a mirar a él una y otra vez mientras debato internamente qué es lo que debo hacer. Si ir a salvar a Kaia antes de perderla o dejarlo aquí tirado a Vincent sabiendo que si lo hago, no lo volveré a ver nunca más.
El pecho me arde al igual que las mejillas húmedas por mis lágrimas.
—T-te.. amo—pronuncia en un tono inaudible.
¡Noo!
Joder, no.
No hemos compartido lo suficiente.
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El juicio del Diablo ||#2 TRILOGÍA PURGATORIO||
RomanceAdeline arriesgó todo lo que le quedaba en destruirlos, incluso su vida y un mal paso está por acabar con ella. La traición no tiene perdón y los hermanos Petrov harán lo que sea para castigarla por ello. Una guerra sangrienta está en camino. Una pa...