12.

730 90 55
                                    

Capítulo 12.

NIALL.

Las yemas de mis dedos se deslizan lentamente por el contorno de su pómulo. Heather duerme, lo hace tan profundamente, como si no hubiera dormido en días, años, siglos.
Pareciera estar en paz. Su respiración es lenta y pausada, pero aún así, sus delgados dedos están aferrados a mi camiseta.
Como si temiera que me fuera, como si creyera que me iré de su lado.
Sonrío, porque es lo último que haría, tengo dos motivos. El primero; Me gusta cuidar de ella, me gusta estar aquí. Y el segundo; Difícilmente puedo escapar de sus largas piernas enredadas entre las mías.
La cremallera de la tienda se desliza. Charlie y Arlene están aquí, mirándome a mí y luego al cuerpo de Heather, dormido a mi lado.

-¿Cómo está? —Pregunta Charlie.

Me sorprende no escucharlo bromear, supongo que Arlene está domesticando a mi amigo. En otra oportunidad, me hubiera ruborizado, pero en este momento no tengo tiempo para actuar como un niño.

-Ahora está bien. Se durmió hace una hora —Les explico a ambos —Pero estaba, no lo sé, muy mal.

-¿Mal? —Arlene se acerca y toca su mejilla suavemente —¿La viste ingerir algo?

-No... —Respondo confuso —Estaba tan fría como un témpano de hielo —Le explico —Por un momento pensé en llevarla a un hospital.

-Estará bien —Murmura alejándose y acostándose en su saco de dormir —Solo está cansada, solo es eso.

-¿Está tomando algún tipo de medicación? —Pregunto.

-No que yo sepa.

-Veníamos a buscarlos, los chicos han ido al lago —Comenta Charlie.

-No creo que vayamos, me quedaré aquí hasta que despierte —Le hago saber —Además no hace tanto calor, el agua del lago debe estar congelada.

Char se ríe.

-Eres tú que ya estás actuando como un anciano —Arlene se ríe también.

-Lo sé, vayan ustedes —Los animo.

-Bueno, cualquier cosa que pase, me avisas —Me pide la rubia —Puedes enviarme un mensaje.

-Lo haré —Le aseguro.

Ella se acerca por ultima vez a su amiga y tras comprobar que duerme tan profundamente y cómoda a mi lado, se marcha con Charlie, quién me lanza una sonrisa cómplice. Lo sé, también estoy actuando de manera sobreprotectora.
Las risas de los chicos se sienten lejanas, me alegro que estén divirtiéndose. Yo también estoy fascinado en este momento.

Acomodando mi cuerpo, me dedico a mirarla. Es la primera vez que puedo hacerlo tan detenidamente.
Noto que sus pestañas son demasiado largas para unos ojos tan pequeños, además la negrura de estas acentúan su piel pálida.
En su nariz, hay unas cuantas pecas, no son demasiadas ¿diez tal vez? Algunas son más pequeñas que otras y el color varía entre negras y marrones.
Cuando mis ojos caen en sus labios, mi respiración se detiene. Tiene una boca muy bonita, su labio inferior es más grueso y en este momento está entreabierto mientras respira suavemente.
Acercando mi dedo pulgar, lo acaricio. Sí, es demasiado suave, demasiado rosa y exquisito. Aún puedo sentir mis dientes atrapándolo, haciéndolo mío mientras jadeaba.
Le gustó mucho lo que hice y a mí también.

Nunca antes me había llamado la atención una chica con estas características. Charlie no mentía cuando mencionó que normalmente siempre salía con mujeres rubias o que técnicamente parecieran mis hermanas. Además, yo nunca le di tanta importancia, simplemente me gustaban y ya está.
Pero conocer a Heather cambió algo, me siento atraído por sus ojos negros, por su cabellera oscura, es la otra cara de la moneda con respecto a las chicas con las que solía salir. Aunque, entre ella y yo no exista nada serio... Todavía.

OBSERVA LAS MARIPOSAS - BY NATH 🥀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora