Capítulo 34.
NIALL.
No quiero crear mis propias hipótesis sin saber la versión de Heather, del porqué ese hombre que tantos malos momentos me ha hecho pasar abandonó su casa de la misma manera que yo ingresé. No me vio, de hecho, supe que era él cuando cruzó la calle.
Ser celoso no es un sentimiento que sea parte de mí, pero si las inseguridades. Supongo que se debe a que viví una infidelidad hace más de un año y de alguna manera eso me marcó.
Pero en este momento, intento ser paciente. Heather no es Nora, y confío en que tendrá una buena explicación cuando pregunte el porqué estaba aquí.—Todavía no te has cambiado de ropa —Murmuro.
Ella está con sus brazos a mi alrededor, y con su mejilla adherida a mi pecho.
—Lo haré en un momento, sólo déjame abrazarte un poco más —Me pide y sonrío besándole la coronilla.
—¿Fue buena idea venir?
—Claro que sí, solo quiero estar contigo, todo el tiempo.
Acercando mi mano a su mentón, lo alzo para poder mirarla. Ella me sonríe dulcemente.
—Y yo contigo. Me gusta hacer este tipo de locuras, sentirme un quinceañero al entrar por la ventana y estar oculto en la habitación de mi novia. Olvido que tengo 25 años, totalmente.
Nos reímos, pero luego ambos guardamos silencio. No debemos olvidar que no estamos solos.
—Yo también me siento como una adolescente.
—Bueno, tienes 19 años Heather —Me burlo.
—Ya, pesado. Mejor acuéstate.
Me río y tras besarle la boca comenzamos a prepararnos para irnos a la cama. Al parecer, sus padres también están en su habitación, porque todo está muy silencioso.
Sentándome en su cama, me quito los zapatos, luego el pantalón, la chaqueta y la camiseta.—¿Me ayudas? —Me pide, dándome la espalda y enseñándome la pretina del vestido cuando recoge su cabello.
En silencio voy hacia ella, y cuidadosamente deslizo el cierre, maravillándome por la vista. Heather tiene una piel muy bonita, suave y delicada. Es pequeña, toda ella. Y eso provoca en mí, la enorme necesidad de cuidarla, protegerla y guardarla en una caja de cristal. No quiero que nadie le haga daño. Ni siquiera yo, aunque sea de manera inconsciente.
Ya en el final del vestido, diviso el encaje negro de sus bragas.—¿Ya está? —Susurra mirándome por encima de su hombro.
—No, no aún.
Sí joder, ya está. Pero quiero mirarla y tocarla, porque es imposible para mí quedarme con las manos quietas.
Mi dedo índice se desliza a lo largo de su columna, provocando un suspiro en ella. Le gusta, así que vuelvo hacerlo, está vez más lento.
Me fascina la forma en que su cuerpo responde a mis caricias, en como su pecho sube y baja con alteración, en como se le eriza la piel y espera pacientemente mi siguiente movimiento.
Mentiría si dijera que no estoy duro bajo mi bóxer, porque maldita sea, lo estoy y quiero hundirme profundamente dentro de ella, hasta el jodido amanecer si fuera necesario.—Eres preciosa —Susurro acercándome, enseñándole mi erección cuando me adhiero a ella desde atrás —Mierda, eres una maravilla, Heather.
No me responde, no lo hace porque está respirando casi de manera superficial por la boca. Mi enorme cuerpo la envuelve, provocando que su vestido se deslice por sus hombros y pueda apreciar la cúspide de sus pechos desnudos.
Se inclina hacia su derecha, una invitación que acepto inmediatamente. Beso su cuello, primero suavemente, con mis labios juntos mientras viajan hasta la unión entre su cuello y hombro. Luego, me vuelvo más demandante, más descarado. Sacando mi lengua, la deslizo por su piel antes de morder con mis dientes. Cuando la escucho gemir, sé que me necesita tanto como yo a ella.
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OBSERVA LAS MARIPOSAS - BY NATH 🥀
Fanfiction"Todo lo que quiero de la vida, es que este dolor, tenga un propósito"