32.

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Capítulo 32.

NIALL.

Heather nunca dejará de sorprenderme, primero fue su audacia y valentía al pedirme ser su novio, y ahora son sus labios besándome el cuello con tanta devoción que no puedo evitar el tirón bajo mi bóxer.
Al salir del restaurante nos montamos en el coche y condujimos un par de kilómetros fuera de la ciudad.
Lo suficiente como para estar aislados en un campo abierto, bajo la luz de la luna, que es lo único que nos ilumina.
No pensé que nuestra cena romántica terminaría así, con ambos sentados en los asientos traseros de mi coche y con ella a horcajadas sobre mí, matándome con su manera de besarme.

—Te amo, Heather —Susurro cerca de su oído.

Ya he perdido la cuenta de cuantas veces se lo he dicho esta noche. Y es que desde que lo descubrí, que quería decírselo. Ella me sonríe, y besándome la mejilla susurra las mismas palabras. Y debo estar tan jodidamente enamorado de Heather que sonrío como un imbécil. No existe nada más maravilloso que el sentimiento mutuo.

—Me gusta mucho ser tu novia —Dice —Porque así, puedo presumir que eres mío.

—¿Tuyo? —La observo con diversión.

—Ajá —Se ríe —Bueno, es un decir. Y es que las chicas de la universidad siempre están mirándote.

—Y yo estoy mirándote a ti, siempre.

—Lindo —Acercándose deja un beso en mis labios —¿Puedo pasar la noche contigo? Sé que están tus padres en casa, pero prometo portarme bien.

Me río.

—¿Heather Jonhson siendo una buena chica? —Me burlo.

—Por supuesto —Ríe también —¿O te gusta cuándo soy una chica mala?

—Me gustas en todas tus facetas —Murmuro deslizando mis manos por debajo de su vestido. Mis palmas acarician sus suaves muslos y ella se muerde el labio inferior —¿Qué ocurre, cariño?

Sus mejillas comienzan a ruborizarse y la curiosidad me embarga ¿Qué estás pensando Heather Jonhson?

—Nada, no pasa nada —Sus dedos acarician mi nuca suavemente.

—Dímelo ¿No confías en mí?

—Confío en ti, demasiado.

—Dímelo, amor —Susurro besándola suavemente —¿Porqué te has ruborizado?

—Bueno... —Sus dedos juegan con mi cabello esta vez y evita mis ojos —Nunca lo he hecho en un coche. Eso pensaba.

Su confesión envía imágenes de nosotros dos haciendo el amor aquí. Y me es imposible no ponerme duro.
Mis manos suben un poco más, y al hacerlo siento la tela de sus delicadas bragas. Mis dedos acarician los bordes de encaje y la escucho suspirar, un suspiro que me hace sentir más duro y necesitado de un estímulo que me de placer.

—Y al estar aquí conmigo, piensas lo mucho que te gustaría hacerlo ¿No es así? —Heather me observa y con una sonrisa traviesa, asiente —Eres una chica mala, muy mala.

—¿Está mal entonces? —Finje inocencia y eso me hace apretar sus muslos y alzar las caderas, para que note lo mucho que me gusta su proposición, pero...

—Me gusta cuando eres mala, pero nena, no he venido preparado para...—Me detengo cuando ella sonríe abiertamente —¿Qué?

—Una chica mala siempre está preparada —Susurra y tomando el pequeño bolso que está a nuestro lado, la observo sacarlos, una tira de tres —Preparada y lista para la ocasión.

OBSERVA LAS MARIPOSAS - BY NATH 🥀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora