Te Cielo ♡ [En proceso]

31. No tan heterosexual como creía.

Era medio día, y me encontraba en el mini estudio de diseño haciendo el vestido de Sofía. Mientras charlaba anoche con André me dijo que vendría a buscarme para acompañarme a hacer la compra de víveres.

Mi teléfono anunció una notificación.

Manitas de fresa ♡: Estoy en la puerta:).

Me dirigí a la entrada para dejarlo pasar, en cuanto abrí la puerta escuché la voz de André.

—Sentía que hace años no te veía—me dió un fuerte abrazo.

—Ay pero que dramático—correspondí el abrazo—nos vimos ayer.

—Lo se pero se sintió como mucho tiempo amor mío—beso varias veces mis labios—¿Lista para irnos?

—Me coloco los zapatos y nos vamos—sonreí.

Una vez puestos mis zapatos salíamos del departamento para ir al centro comercial.
Al llegar comencé a llenarlo con lo que iba a necesitar para sobrevivir junto a Viktor.

—Oye Piccola…

—¿Qué hiciste, André?—pregunte mientras metía unas frutas al carrito.

—Voy a firmar un contrato para ser la imagen oficial de una marca de ropa…

—Oh por Dios, eso es increíble—le di un corto abrazo—No sabes cuánto me alegro.

—Gracias—beso mi frente—Pero…

¿Por qué siempre tenía que haber un maldito pero?

—¿Pero…?

—Tendré que viajar a New York para firmar el contrato y hacer la primera sección de fotos antes de año nuevo.

—¿Cuántos días serían?

—Cuatro si viajo hoy mismo, planeo regresar para la fiesta de año nuevo.

—Te extrañaré, pero tus sueños y metas siempre serán lo más importante—bese sus labios—Nos veremos en cuatro
días.

Realmente estaba muy feliz por André, era increíble cómo las marcas lo querían a él, supongo que lo mejor de todo fue que nunca utilizó el nombre de Sofía para hacerse famoso.

Serían unos tres días largos (sin contar el de hoy) pero valdrían la pena, de eso estaba más que segura.

Seguí metiendo cosas al carrito hasta que ví que ya no faltaba nada.

—Creo que ya no falta nada.

—Por supuesto que sí, faltan muchas cosas.

—¿Cómo que?

André comenzó a enumerar con los dedos.

—Tu shampoo que ví que ya le queda muy poco, la crema corporal que siempre utilizas se terminó, tus toallas femeninas, tus antialérgicos ya se acabaron y…

André se detuvo por un momento ya que un niño comenzó hacer un gran berrinche porque al parecer no le querían comprar algo.

—Condones—dijimos unísono.

—Oye, yo recordaba nada de eso.

—Lo sé amor mío, por eso lo hago por tí.

André tomó el carrito y empezó a meter todo lo anteriormente mencionado y muchísimas otras cosas.

El carrito estaba repleto de víveres.

—¿Pero? ¿En qué momento? Eso es mucho, yo no voy a pagar por todo eso.

—Eso ya lo sé, por eso pagaré yo.

Otra vez no por favor.

—¿Nada hará que cambies de opinión, verdad?