51. Hola Diosito, soy yo de nuevo.

279 35 12
                                    

Un año después

André

Había empezado una relación con Ximena hace unos cuatro meses, en las últimas semanas habíamos discutido tanto y las discusiones eran a raíz del tatuaje que me había hecho.

Desde que Nash le había confesado el origen de esa fecha Ximena había estado decidida a tratar de convencerme para eliminarlo cosa la cual nunca haría.

Ximena era una buena mujer y la amaba, de verdad lo hacía, de no haber sido por eso jamás le hubiese pedido que fuera mi novia.

Teníamos una buena y bonita relación, casi todos se llevaban bien con ella a excepción de Nash.

A Nash le caía mal y ni siquiera le importaba disimularlo, siempre era muy indiferente con ella y ponía mala cara para todo al igual que lo hacía Rebecca.

De ella supe hace poco más de tres meses, había dado señales de vida o bueno, unas visibles hacia mi persona. Ya todos sabíamos dónde vivía, cómo se encontraba y lo más importante, si era feliz.

No había querido hablar con ella, es decir, quiero hacerlo, pero no a través de una pantalla porque sería de lo más absurdo.

Necesitaba hablar con ella en persona y sé que algún día volverá, simplemente espero estar listo para eso.

En ocasiones pensaba en viajar hasta Toronto, tocar a su puerta y hablar con ella, pero algo me decía que no lo hiciera que tal vez es mejor así.

Mi teléfono empezó a anunciar una llamada.

Era Margot.

—Hola mamá—saludé mientras me acomodaba mejor en la silla.

—Hola cariño, Andy, ¿Cuándo vendrás a cenar? Hace semanas que no te quedas a cenar.

Normalmente, me la pasaba en el departamento con Ximena y de vez en cuando salíamos.

Eran pocas las veces que salíamos o teníamos alguna cita.

—Iré hoy, ¿cómo sigue Eric?

Eric había tenido su primera ruptura amorosa y le estaba costando superarlo.

Igual que uno por ahí.

—Bueno, a diferencia de ti, mucho mejor—cerré mis ojos y empecé a masajear mi frente.

—Yo estoy muy bien—respondí más para mí que para Margot.

—Claro y yo soy heterosexual—comento mientras reía tras el teléfono.

—Mamá, hablo en serio.

—No cariño, tú finges estar bien y mantienes tu mente y tu cuerpo ocupado con Ximena para no recordar a quién realmente amas.

Odiaba cuando Margot decía ese tipo de cosas, me hacían sentir mal, como si estuviera utilizando a Ximena.

Margot no quería creer que realmente amaba a Ximena, constantemente pensaba que era yo la que le daba razones para creerlo.

Te Cielo ♡ [En proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora