45. ¿Neoyorquine?

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—Y pase lo que pase, no dejes que digan trece estando en las calles de Venezuela—Jules nos había acompañado hasta el aeropuerto.

Primero iremos a New York y pasaremos aproximadamente unos tres días y de allí viajaremos directamente a Caracas,  Venezuela.

Se podría decir que ya tenía todo planeado, iríamos a varios lugares en los cuales estaríamos cuatro días.

—Bueno, ya es hora de irnos—informó André.

—Bueno Jules, ya escuchaste es hora de irnos—la abracé—Bendición.

—Cada vez que me pides la bendición me siento vieja—Jules dejo de abrazarme—Como decía mi abuelo, Dios me la bendiga, me la guarde y me la proteja. Seré agnóstica pero jamás dejaré de darles la bendición.

Todos nos despedimos de Jules y minutos más tarde ya estábamos en el avión.

Realmente no sabía que haría estando en New York, tenía el presentimiento de que esos tres días serían muy aburridos.

Después de casi cuatro horas de vuelo llegamos al aeropuerto de New York.

—¿Y ahora? ¿De aquí a donde?—comentó Viktor mientras veía su reflejo en uno de los espejos.

—Iremos al hotel donde será la pasarela, mañana tengo ensayo a primera hora y luego me tomarán las medidas, entre otras cosas.

El hotel era muy bonito, pero yo realmente no le presté atención porque fui por algo de comer para luego dormír.

—¿Por qué rentaste una suite si nos vamos a quedar tres días?—no le veía el sentido de gastar tanto en una habitación en la cual solo utilizaremos el cuarto de baño y la cama.

—Porque la cama es más cómoda.

—Yo pienso que te gusta gastar tu dinero en cosas absurdas—me quité los zapatos y me recosté en la cama—Bueno, ahora que lo pienso no son tan absurdas.

Luego de un rato ambos nos duchamos y nos acostamos a dormir, o al menos André lo hacía, yo no lograba conciliar el sueño, era casi imposible dejar de pensar en el ramo de rosas con la tarjeta.

No le había mencionado nada a André, no quería que se pusiera en modo sobreprotector al llegar de nuevo a Filadelfia.

Yo no entendía por qué me envió las flores, es decir, es más que obvio que era para decirme que no se ha olvidado de mi. Pero, ¿Por qué ahora? Cuando todo por fin está de maravilla y estoy empezando a sentirme bien conmigo.

No sé precisamente en qué momento pero me quedé dormida y al despertar ya André se había marchado.

Luego de hacer lo mismo de todas las mañanas, desayuné mientras veía la tele, recibí un mensaje de André.

Manitas de fresa♡: Buenos días amor mío, ¿Cómo amanece lo más preciosa que tengo?

Rebecca: Hola cariño, buen día para ti también. Amanecí muy bien la verdad, gracias por preguntar.

Manitas de fresa♡: Me alegro mucho, ¿Qué harás hoy? ¿Saldrás un rato a conocer?

Rebecca: No saldré, me quedaré viendo alguna serie hasta que llegues.

Manitas de fresa♡: Tienes que salir y conocer nuevos lugares.

Rebecca: Me da flojera salir, me gusta la suite y prefiero quedarme aquí, mucha gente me fastidia. JAJAJAJAJAJA.

Manitas de fresa♡: Ay Rebecca, eres un verdadero caso.

Rebecca: Así me amas.

Te Cielo ♡ [En proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora