9. ¡Eso mamona!

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Rebecca.

Al llegar al lugar destinado todo estaba oscuro, la única iluminación era la de la luna, el lugar estaba silencioso y transmitía serenidad, al caminar un poco y me percaté de que estábamos en una colina, la vista era preciosa se podía ver cierta parte de la ciudad.

Mientras me perdía en la preciosa vista que tenía no contuve las ganas de preguntarle a André lo que me pasó por la mente.

—No pensarás abusar de mí y lanzarme colina abajo ¿o sí?—indague.

—Creeme que me encantaría verte desnuda y dispuesta solo para mí pero ¿de verdad crees que me tomaría todo este tiempo para hacer eso?—respondió como si fuera obvio.

—No, pero...

—Eso responde tu pregunta.

Decidí ignorarlo y seguir admirando la vista.

—Es precioso—dije con la vista fija en la ciudad.

—Y eso que no me has visto sin ropa.

—Por primera vez en tu vida podrías de...— en ese momento me había dado la vuelta y quedé sorprendida.

André estaba sentado en el césped con algo parecido a un picnic, era un picnic nocturno, había una manta verde con chilis de colores muy bonita la verdad y arriba de esta estaba una cesta de comida y una botella de vino, estaba iluminado con una lámpara de gas y para sentarnos estaban dos almohadas.

—Bienvenida a nuestra cena, a solas, ya que la otra vez no quisiste, además ese día metí la pata.

—Vaya, esto es increíble.

—Ven, siéntate.

Me senté frente a él y comenzó a servir puré de papas con carne, sirvió vino y comenzamos a comer, estaba delicioso, hablamos de cosas random, después de cenar André recogió todo y lo guardo en la cesta y de este saco una bolsa de golosinas.

—Ten es para ti—dijo ofreciéndome la bolsa—Olivia me dijo que te gustan las gomitas así que te las compre.

—Gracias—dije aceptándolas.

La verdad no me podía creer lo que me estaba pasando, todo es maravilloso, André lo es pero... sinceramente no me quiero ilusionar, ¿Quién me asegura que no solo quiere jugar conmigo? Ya me pasó una vez y no quiero que vuelva a ocurrir otra vez.

André estaba acostado viendo las estrellas, me acosté a su lado para hacer lo mismo, pero la duda era más fuerte.

—¿André?—susurré.

—¿Si?—respondió sereno.

—¿Por qué haces esto?

—¿A qué te refieres?—preguntó como si no entendiera nada.

—A esto, me invitas a salir, me llevas a lugares, preguntas y te preocupas por mí. No entiendo nada.

—¿Qué no entiendes exactamente?

—Esto—alegue—¿Por qué lo haces? ¿Por qué haces todo esto por una persona a la que apenas conoces?

—No lo sé, simplemente no lo sé, desde el día que te vi por primera vez no he dejado de pensar en ti y al principio pensé que simplemente era algo pasajero, pero cuando hablamos el día de la fiesta sentí algo diferente, algo que no había sentido nunca—se estremeció como si le incomodara la pregunta.

—Pero ¿Por qué yo? Estoy llena de inseguridades y defectos.

—Rebecca, no te cuelgues de tus defectos, la pequeña parte que he conocido de ti me fascina y créeme que así como me fascino a mí, cualquiera lo haría y se enamoraría de ti sin problema alguno.

Te Cielo ♡ [En proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora