Capítulo 16
Alan
***
Diario
20 de Abril, 2021
Estoy atrapado, encerrado en cuatro paredes, aislado del mundo que tanto odio, pero en el cual habita ese ser tan único a quién extraño tanto que duele.
Heather.
Probablemente no ha pasado demasiado, pero siento que llevo miles de años sin escuchar su voz, sin ver su hermoso rostro, sin contemplar su sonrisa, sin sentir su aroma.
Me siento más vacío de lo habitual, además, las lesiones de mi cuerpo me dan pesar.
Los moretones lejos de desaparecer, tal parece que cada vez se agravan más, la herida en mi pecho, una incisión vertical que baja desde mi pectoral derecho hasta la mitad de mi abdomen, esta empezando a molestarme más incluso que el momento de su ocasión. Me duele la cabeza, me duele todo el cuerpo y me duele este encierro por que no puedo verla, ni siquiera llamarla.
Papá no ha vuelto a irse, siempre está merodeando, esperando la misma llamada a las 2 de la tarde.
Me veo terrible, el único espacio útil del espejo roto en el que me miro, lo confirma. Parezco muerto en vida, aunque, lo soy en cierto modo.
No puedo ni siquiera llorar, no tengo ganas de hacerlo, solo estoy sentado aquí, escribiendo, todavía existiendo.
La oscuridad es casi palpable en mi cuarto frío, la única luz que la contrasta es esa que se filtra por las cortinas de la venta entreabierta y el tragaluz del techo.
Tanto tiempo para pensar y pensar es malo para mí, mientras más lo hago más me someten las ideas en mi cabeza.
Estar tanto tiempo aquí solo ha despertado mis demonios, esos que me están matando por dentro, como las personas me están matando por fuera.
Las crisis existenciales son constantes y esa voz que taladra mis pensamientos es la peor arma mortal en mi contra.
Pero no puedo hacerlo, le hice una promesa a mi hermano.
No creo poder aguantar mucho más, no tanto por el dolor de mi cuerpo o su baja capacidad para seguir bombeando sangre a mi sistema.
Sino por que la extraño.
***
Heather
Dos semanas.
Habían pasado casí dos semanas desde la última vez que lo vi.
...
—Me gustas tú, tonto.
Se pintó una sonrisa en su cara mientras sus ojos chispeaban, descansó su frente en la mía y nos quedamos así un rato, perdidos en los ojos del otro.
Después, fuimos despacio por la misma calle, hasta que nos separamos donde se dividían los caminos.
Volteé hacia él y levanté la mano sacudiéndola ligeramente mientras me despedía. Él hizo lo mismo, pero cuando volví a mirar al frente para seguir mi camino...
—Heather.
Giré sobre mi hombro—¿Uhm?
—Cuídate ¿Quieres?
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Diario de un Suicida
Teen FictionSer totalmente consumido por la aflicción resulta desesperante para Alan, quien resignado a darle otra oportunidad a la vida, toma una decisión. Esta decisión, es obstruida inesperadamente por alguien que llega para apaciguar su dolor... Un pequeño...