5 - Se origina un plan.

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Capítulo 5

Heather

La sensación que sentí en ese momento es difícil de describir.

Salí de la habitación con los ojos llorosos, no porque me hirieran sus palabras, ya estaba acostumbrada, sino por el simple hecho de que:

¿De verdad él quería morir?

Esa pregunta nublaba mis pensamientos.

¿Que habrá sido tan malo para que decidiera semejante cosa?

Entonces recordé a mi antigua yo, con mis ataques de ansiedad y mi deseo intenso de morir. Aunque nunca tuve el valor para hacerlo.

Me alejé lentamente de la habitación, estar cerca de él me traía cosas del pasado a la mente, cosas que quería enterrar para siempre. Fue entonces que decidí no tener nada más que ver con él a partir de ese día.

Cuando estaba por cruzar la puerta de salida del hospital, mi madre me detuvo.

—¿Qué pasa mamá?

Ella cruzó los brazos y miró disgustada—En el hospital soy la doctora Benet, Heather.

Puse los ojos en blanco por su arrogancia—¿Qué sucede, Doctora?

—A mi consultorio— ordenó

La seguí hasta allí creyendo que era un tema importante ya que se veía más seria de lo normal, pero de haber sabido lo que iba decirme hubiese huido lejos, tal vez al otro lado del mundo.

—Es sobre el chico ese, Gaitán...

—¿Qué pasa con él? ¿Fue grosero contigo?—indague mientras me sentaba en el sofá de su sala de consulta—Si fue así no te sientas mal, ser grosero es su etiqueta.

—No, no fue grosero, de hecho no me dijo ni una palabra. Me supongo que al menos esta agradecido por que guardaremos su secreto—matizó— Pero no creerás que lo hice desinteresadamente...

—¿Qué le pediste a cambio?—cuestioné intrigada. Conocía a mi madre, ella no era del tipo de persona que tenía límites.

Al haber escuchado a Alan decir que ella le había dicho unas cuantas estupideces ya empezaba a hacerme ideas en la cabeza.

Pero nada de lo que esperaba.

—¡Oh! Nada de eso— se puso de pié—No le pedí nada serio, solo que no volviera a verlo por aquí en estas circunstancias— le dio un sorbo a su taza de té—Sin embargo...—prosiguió después de un corto silencio—Hablé con el decano de la UAS (Universidad Aristóteles de Salónica) Me ha dado información muy importante respecto al primer becado para psicología de su universidad— mencionó.

Cuando ella empezaba a hablar de esa universidad de verdad tenía que darle mínimo unas 3 horas.

—...resulta ser que el muchacho becado había hecho reintegrar a la sociedad a una persona con trastornos sociales y eso le valió la beca entera, terminó su doctorado y ahora es uno de los hombres más exitosos que han salido de esa universidad—explicó—Sabes que las cosas serían mucho más fáciles de ese modo.

—No estoy entendiendo el punto, madre.

Ella golpeó el escritorio con sus manos de manera tan brusca y repentina que me espantó—¿Cómo que no entiendes?—reprochó—No pierdas el tiempo Heather ¿Sabes cuáles son las posibilidades de que ingreses a esa universidad? Pues te las diré, muy pocas— se irritó a tal modo casi de la nada—Las esperanzas y la fe nunca fueron nada mío, lo sabes, yo voy por lo certero y por lo que está a la vista y puedo ver que aunque furas tres veces la mejor de tu clase es difícil que te acepten, más si le sumamos que si ingresas es casi imposible que te den una beca ya que por la culpa de tu corrupto padre no podremos pagar esa universidad—vociferó—¿Quieres que tus sueños se vayan así por la borda?

Diario de un SuicidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora