14. INTIMIDAD

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—¿Puedo ayudarte? —preguntó Miriam cuando lo siguió al baño, para entonces tenía cuatro meses de embarazo.

—¿Ayudarme a qué? —inquirió Louis quitándose la camisa—. Solo voy a bañarme antes de ir a trabajar.

Miriam se deshizo de la bata de baño y le mostró su hermoso cuerpo desnudo con un vientre levemente crecido.

Louis se quedó embelesado ante la belleza de su mujer.

—No te puedo ofrecer sexo pero... —llevó sus manos a la cintura de Louis y las metió bajo su pijama de pantalón.

—Miriam, no puedes agitarte —dijo perdiendo el aliento al sentir que la deslizaba por sus caderas y acariciaba su miembro.

—No lo haré —dijo abarcandolo con ambas manos.

Louis suspiró siendo masturbado lentamente. Sentir la barriga suave de su esposa lo elevó velozmente a un alto grado de excitación.

—Solo quiero bañarme contigo —susurró Miriam mordiéndose los labios.

El productor se inclinó hacia su boca y saboreó su sabor. La rodeó disfrutando de sus caricias íntimas. Se pegó en ella y se agachó un poco para rozarla entre los muslos.

Miriam cerró los ojos excitada.

Su idea no fué tan buena como pensó, pues Louis la deseó aún más y besarla hasta cansarse ya no era suficiente, ni que ella lo ayudara con sus manos a llegar al clímax.

—Louis —dijo Miriam cuando salió con él a una fiesta donde le entregaron un premio por su serie de televisión.

—Dime preciosa... —dijo sintiéndose cansada.

—Si quieres irte después a celebrar con tus amigos, solo hazlo —le dijo en uno de los camerinos tras recibir el premio.

—No, yo prefiero estar contigo —le besó la sien delicadamente, sentándose a su lado.

—Por favor mi amor, diviértete —le acarició una mejilla.

—No es un sacrificio, ya casi no estamos juntos —le recordó cómo habían pasado semanas en las que apenas se veían por las intensas grabaciones.

—Tengo siete meses de embarazo y... —señaló como si no fuera evidente su figura bajo el vestido color esmeralda de tela vaporosa ajustada bajo los pechos.

—Estoy gorda como una vaca —la interrumpió imitando su voz quejumbrosa.

—Solo un poquito —susurró enamorado — y me encantan todas tus curvas —dijo viendo el generoso escote que mostraba sus senos grandes.

—Tontito, ya desaparecerán cuando el bebé las necesite.

Miriam sonrió al ver su gesto poco conforme.

—Aun así serán mías —se mordió el labio inferior con ganas.

—Sé que te rondan muchas mujeres, ahora más que nunca —musito tocándose la barriga.

—Pero solo tú me gustas... Tú y tus manos —aseguró tomándole una mano para besarle los dedos.

La chica sonrió una vez más. En el fondo deseaba que no fuera tan perfecto.

El pequeño Alexander nació en verano, perfecto y sano, con más de tres kilos y medio.
Hasta entonces Louis pudo respirar con calma pues Miriam también se encontraba en buen estado de salud.

—Es tan hermoso —dijo Olga cargando a su nieto.

—Sí que lo es, se parece a su padre.

La relación con Louis se tornó un poco distante por el trabajo tan intenso que aumentó al crecer de manera descomunal el éxito de la serie.

QUIÉREME OTRA VEZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora