The Girl With That Hoodie ━━ Lee Taeyong

×03×

Miércoles 11/03/2015

Otro día más que me encontraba en la cafetería junto a ellos tres, la deferencia de hoy es que se nos unió Jinah. Y al contrario de sentarse al lado del novio de Minji ella se sentó a mi lado. Parece que no solo a Doyoung le cae mal ese chico. Y siendo sincero yo no le he prestado demasiado atención para entender porque, ahora ambos, lo miran mal de vez en cuando, tampoco es como si quisiera saberlo.

- ¿A ti también te cae mal la pareja de tu amiga? - le susurro en el momento en que el chico se va sin Minji.

Mi amigo toma la oportunidad para hablar con ella al darse cuenta que no estaba tan feliz como usualmente lo es.

Era gracioso por que recién nadie hablaba, pero ni bien él se fue parecen cómodos entre ellos. Era como si no pudieran tratarse como amigo delante de Chungho y eso es algo que comienza a molestarme. ¿Por qué no dejarías a tu pareja hablar con sus amistades estando tú presente? Ahora creo que voy entendiendo el porque les cae mal.

- ¿A quién más? - susurra igual que yo, no queriendo que los dos restantes nos escuchen.

- Doyoung - ella sonríe levemente y a los segundos vuelve a estar seria.

- Hay algo de él que me da mala espina. -confiesa viendo a su amiga.

- Eres muy protectora - lo digo porque lo estuvo mirando fijamente durante todo el tiempo que se quedó.

- Es mi amiga, no puedo hacer menos.

- ¿Ellos hace mucho que se conocen? - digo con curiosidad.

- Hace poco, por eso mismo estoy a la defensiva ante él.

- ¿Eres así con todas las personas que apenas conoces? - siendo sincero quería saber si ella era fria de natural o porqué.

-Si quieres saber si también lo soy contigo, te lo afirmo ahora - me mira antes de levantarse y dejar la mesa.

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No tuve la mejor suerte al llegar a la parada del bus ya que este mismo se marchó estando a tan solo centímetros, y eso que corrí para alcanzarlo, pero no lo logré.

Lo molesto de esperar al otro es que llegaré mucho más tarde, en vez de poder llegar y descansar tendré que aguantarme el frio de la noche. No es mucho solo que son los últimos fríos del invierno antes de recibir a la primavera.

Finalmente entando cara a cara con la puerta de mi departamento puedo escuchar desde mi espalda como alguien intenta entrar al suyo y no puede.
Girando sobre mis talones sonrío al reconocer ese color de ropa tan característica.

- ¿Te ayudo?

Al escuchar mi voz resonando en todo el pasillo se sobresalta en su lugar tirando las llaves, se agacha para tomarlas nuevamente. Se da la vuelta, nuestras miradas chocan, y juro haberla visto rodar sus ojos.

- No es necesario - se rehúsa. Me da la espalda.

- ¿Seguro? - replico.

No escucho respuesta alguna solo como sigue intentando abrirla, coloca la llave en el picaporte y la hace girar un par de veces. Las maldiciones que pronuncia son demasiadas audibles tanto que juraría que los vecinos pueden oírlas, debo admitir que algunas veces vemos a una persona y pensamos que no podría llegar a insultar tanto, bueno creo que ella es una de las excepciones que hay. Su frialdad la delata como alguien quien suele molestarse mucho y como consecuencia insultar demasiado.

Rendida de intentarlo miles de veces, siendo exagerados, vuelve a girarse estirando sus llaves hacia mi dándome a entender que aceptaba la ayuda. Ocultando mis ganas de sonreír me acerco a ella, tomo lo que me entrega disponiéndome a salvarla.
Si de este departamento conozco bien es que a veces las puertas suelen trabarse y solo necesitan un poco mucho de la fuerza física para abrirlas. Cuando lo logro le devuelvo lo que es suyo, no me tomo menos de segundos poder hacerlo y ella parece sorprendida de haberlo hecho sin problemas.

-Gracias -balbucea. Al principio no me doy cuenta el porque lo hace, a los segundos soy consciente del tan poco espacio que queda entre nosotros. Si no fuera por nuestra diferencia de altura ambos rostros estarían a tan solo centímetros de rozarse.

- Si, de nada - me alejo rápidamente de ella. No quiero incomodarla, por lo tanto como si nada hubiera sucedido, vuelvo hacia mi puerta.