He tenido que dividir este capítulo en dos porque ers MUY largo, y aún así la primera parte tiene 4k jajaj
Lo siento, no sé escribir poco...
Después del incómodo suceso de las Ruinas Alfa, el mundo al fin pudo regresar a la calma habitual. O al menos, a la tranquilidad propia de las diez de la mañana. El puente de madera atravesando el lago crujía a cada paso, firme al paso del tiempo y la podredumbre. Eevee y Furfrou corrían a toda velocidad sobre él, amenazándose en tirarse el uno al otro a las aguas cristalinas seguramente heladas.
—¡Yo no pienso secarte como te caigas, Eevee! —gritó, deteniéndolo a escasos segundos de lanzarse de cabeza. La respuesta de Eevee consistió en ladridos molestos—. Ya, ya sé que hace calor, pero yo no voy a ser la pobre desgraciada que te va a llevar en brazos estando empapado.
Eevee aulló de nuevo, estirando la cola y alejándose al trote acompañado de Furfrou. Hona apretó los puños, murmurando incontables maldiciones mientras Ali se reía de la situación.
—Siempre puedes meterlo en su Pokéball.
—Imposible —negó cruzándose de brazos—. El muy hijo de su madre estaría saliendo cada dos por tres con tal de tocar las narices.
Las Pokéball siempre estaban en proceso de investigación, no era para nada inusual que las grandes productoras anunciaran uno o dos modelos totalmente nuevos cada tres o cuatro meses, sin embargo, la perfección todavía quedaba demasiado lejos. Los Pokémon continuaban entrando y saliendo de ellas sin importar las medidas de seguridad, aunque escapar de una esfera de metal consistía en una tarea mucho más complicada que la de huir de un trozo de madera sellado con un broche. Si contener a un Eevee sin apenas experiencia en el combate ya era algo difícil, no se imaginaba el dolor de cabeza que debería ser contener a un tipo dragón como Garchomp.
Los minutos pasaron perezosos bajo el ritmo impuesto por el verano. Cuando cruzaban al lado de un pescador se mantenían en silencio, intentando no espantar a las potenciales capturas, no deseaban volver a experimentar un encontronazo con un hombre que apestaba a pez muerto. Eevee no opinaba igual, prefiriendo hacer todo el ruido posible. A lo lejos, diferenció las risas de un grupo de adolescentes que se zambullían en el agua una y otra vez. Si se concentraba, reconocía la figura de un precioso Lapras envuelto en el juego, lanzándolos por los aires y riendo cuando se perdían entre las olas.
Decidió distraerse analizando los alrededores, en tratar de descifrar el idioma oculto en el murmullo del lago, en mantener vigilado a la bola de pelos, o en la conversación casual con Ali, a la que sin darse cuenta respondía con monosílabos o gestos aleatorios. Los esfuerzos fueron en vano, inconscientemente acababa regresando al indeseado reencuentro con Arceus. La furia de la criatura oculta tras un velo de calma le ponía los pelos de punta, las palabras le retumbaban en los oídos cual recuerdo fúnebre, <<purificar el mundo>>. Una frase muy común entre los Dedos, repetida hasta la saciedad, tatuada en tinta negra en las pieles de algunos, grafiteada en spray fosforescente en los muros de los edificios. No obstante, escucharla del mismísimo creador del universo la aterrorizaba.
ESTÁS LEYENDO
Lo no contado. [Pokémon]
FanfictionEl mundo siempre se ha visto azotado por calamidades de gran calibre que dejan un rastro de muerte allá donde pasan, desde grupos tratando de hacerse con legendarios para someter a la población, hasta éstos mismos dioses arrasando ciudades en sus co...