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Eran exactamente las cuatro en punto de la madrugada. Frente al gran Moby Dick había un barco no tan grande, incluso parecía ser el de un pescador, pero en realidad sería el transporte de tres personas.
-Que tengan un buen viaje hijos míos, mucho cuidado. Saben que de mi parte les daría un barco aún mejor digno de ustedes pero hay que ser discretos.
-No te preocupes padre, entendemos bien eso.
-¡Y no estamos pequeños para que te preocupes tanto! Tengo a Marco y a Izo para que me protejan -Sonrió-
-¿Disculpa? Si irás con nosotros tendrás que protegerte tu mismo.
-¿Pues entonces quien les hará de comer?
-¿Vas a cocinar en media pelea?
-Pues no... ¡Pero no puedo dañar mis manos!
-Cuiden bien de Tatch.
-¡Ya ven! Nuestro padre lo ordenó.
-Vaya que ustedes saben cómo divertirse -Sonrió un hombre con su típica mirada coqueta y su divertido bigote-
-Se nota que nos vas a extrañar Vista, pero solo serán unos días así que no te preocupes -Respondió burlón-
-¿Extrañarlos? ¿A ustedes? Pfft, mejor no vuelvan. Espero que se pierdan.
-Tampoco tienes que ser tan grosero Haruta -Regañó Izo-
-Déjalo, ha de estar en esa edad especial -Habló Tatch-
-¿Disculpa? Soy mucho mayor de lo que parezco.
-¿Ah enserio? Es que por tu estatura no lo parece -Haruta miró molesto a Marco, Izo y los demás comandantes intentaban aguantar la risa mientras que Tatch ya había estallado a carcajada-
-Será mejor que se vayan, o Haruta les cortará la cabeza -Sugirió el capitán-
-Claro... Si es que alcanza -Nuevamente todos comenzaron a reír, incluso Barba Blanca-
-¡¿Hasta tu, padre?! Ustedes son demasiado molestos -Se volteó enojado y se fue a su habitación-
-Bien, ya nos vamos. Volveremos pronto, no nos extrañen mucho.
