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-¡Este lugar huele muy bien!
-Es muy acogedor, afuera está muy frío.
-¡Buenas tardes! No parecen ser residentes de este lugar -Dijo una mujer mayor con una sonrisa amigable-
-¿Tan obvios somos? -Habló la navegante- Queremos saber si aquí venden pan horneado, huele muy bien.
-¡Si, aquí es!
-¿Tienen chocolate caliente?
-Así es.
-¡Perfecto!
-¿Vende helado?
-No tenemos helado, al ser una isla invernal la gente prefiere comidas y bebidas calientes.
-Oh, entiendo -Dijo desanimada-
-¡Pero le pondré malvaviscos extra a tu chocolate!
-¡Gracias!
-No hay de qué, pueden buscar una mesa.
Los cuatro tomaron asiento. Eran los únicos en esa pequeña cafetería, la señora volvió y les sirvió el chocolate caliente y pan recién horneado.
-Muchas gracias.
-Si eso es todo, me voy.
-¡Espere!
-¿Qué pasa?
-Tengo una duda, ¿han habido robos seguidos? -Notó cómo ella se entristeció-
-¡Lamento el comportamiento de mi capitana! Es un poco curiosa -Se excusó Asher-
-No, no hay problema -Se acercó- ¿Puedo tomar asiento? -Al verlos asentir, se sentó- ¿Han escuchado sobre "La historia de un amor imposible"?
-¿La de un marine y una pirata? Yo lo he escuchado, pero es un cuento nada más... ¿O no?
-Es real.
-¡¿Qué?!
-Yo no la he escuchado.
-Ni yo.
-Tampoco yo.
-Verán -Dijo la peliverde- Un marine, específicamente un capitán de la Marina, se enamoró de una pirata que arrestó. En vez de entregarla la dejó libre, se veían a escondidas en una isla, pero fueron descubiertos por un vice-almirante. Ella escapó, pero fue atrapada días después, los decapitaron juntos.
-¡Es muy romántico! Y a la vez cruel.
-Lo es, la Marina vio su amor como traición.
-¿Cuáles fueron sus últimas palabras? -Preguntó el castaño-
