-¿Dónde se habrá metido?
-La perdí de vista, hay que separarnos. Kiki y yo buscaremos por allá, Zack y Ace por el otro lado.
-En tus sueños -Dijeron ambos de brazos cruzados-
-Agh, ustedes y sus estupideces. Entonces, los mellizos juntos, nosotros dos vamos por acá.
Ambos dúos se fueron en direcciones diferentes. Asher obligó a Ace a usar la capucha nuevamente.
Por otro lado, una peliverde corría sin saber a dónde iba, estaba en medio de una plaza por lo que podía ver, miraba a su al rededor esperando ver a Ryu. Usar sus portales llamaría mucho la atención y sería peligroso, así que siguió corriendo.
Corrió durante una hora y media, le dio vuelta a toda la ciudad y no lo encontró. Regresó nuevamente a la plaza y se sentó sobre una banca, desilusionada. Aflojó sus sandalias y masajeó sus pies adoloridos. Se puso sus sandalias nuevamente y recostó su espalda sobre la banca.
-¿Dónde estás, Ryu? -Pensó mientras veía a las personas-
-¡Aquí estoy!
Emma se levantó de repente al escuchar esa voz tan conocida, buscó con la mirada y logró verlo, él estaba de espaldas, parecía estar frente a una tienda de dulces.
-¡Por última vez, Yasopp! ¡Te dije que aquí estoy, en la tienda que me dijiste!
-¿Seguro? Bueno, pregunta si esta John. Dile que Yasopp quiere los dulces de siempre.
Emma sonrió ampliamente al verlo entrar a la tienda, parecía estar hablando por un den den mushi.
El cabello de Ryu ahora era más largo, y estaba atado en una delgada coleta baja. Aún tenía varios mechones sueltos.
Llevaba puesta una camisa de color gris, estaba abotonada de manera que dejaba ver su pecho, una capa de color negro sobre sus hombros. También pantalones negros y botas negras de cuero.
Cuando salió de la tienda, Emma notó que usaba aretes de color negro, y que tenía una cicatriz desde su mejilla, pasando por su cuello hasta el pecho. Parecía ser de una quemadura.
-Ya tengo tus dulces, dejaré de ser tu mandadero.
-¡Vamos dragoncito, no te lo tomes tan personal! Me debías un favor.
ESTÁS LEYENDO
『 𝐅𝐈𝐑𝐄 』|𝐏𝐨𝐫𝐭𝐠𝐚𝐬 𝐃. 𝐀𝐜𝐞 ❑
Fanfiction❑ 𝐀𝐦𝐛𝐨𝐬 𝐧𝐚𝐜𝐢𝐦𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐬𝐚𝐧𝐠𝐫𝐞 𝐬𝐮𝐜𝐢𝐚, 𝐝𝐞 𝐝𝐨𝐬 𝐝𝐞𝐦𝐨𝐧𝐢𝐨𝐬 𝐝𝐢𝐟𝐞𝐫𝐞𝐧𝐭𝐞𝐬. 𝐒𝐞𝐧𝐭𝐢́𝐚𝐦𝐨𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐞𝐥 𝐦𝐮𝐧𝐝𝐨 𝐞𝐬𝐭𝐚𝐛𝐚 𝐞𝐧 𝐧𝐮𝐞𝐬𝐭𝐫𝐚 𝐜𝐨𝐧𝐭𝐫𝐚, 𝐥𝐨 𝐮́𝐧𝐢𝐜𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐧𝐞𝐜𝐞𝐬𝐢𝐭𝐚́𝐛𝐚𝐦𝐨�...