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– ¿Y entonces...? –pregunta _____ mirando a Armin– ¿Que es lo que debías decirme?.

– Yo... nada, solo era una excusa para traerte hasta aquí –confiesa el rubio algo avergonzado.

   El reloj daba las doce la noche y nadie estaba a las afueras del cuartel más que los soldados a cargo de hacer guardia. Detrás de las torres, donde ellos se encontraban, nadie vigilaba y no pasaba ni un alma, así que aprovechaban ese lugar tranquilo para sus conversaciones nocturnas.

– Que tonto, hubiera venido aquí por lo que sea, solo si tu me lo pedías –dice ____ mirando a su amigo y sonriendo tímidamente– Me agrada pasar tiempo contigo.

– Si, a mi también, es agradable y divertido –Armin mira la mano de la chica y acerca lentamente la suya– Me di cuenta que me es bastante tranquilizador estar a tu lado –por fin acorta la distancia y entrelaza sus dedos.

– ¿Por qué...? Quiero decir... no me conoces tanto, no soy tan buena persona como tu crees –ella suspira.

– ¿Por qué dices eso? –Armin la mira confundida– Tu eres buena... incluso hoy arriesgaste tu vida por aquel chico que buscó el cadáver de su amigo... lo hiciste recapacitar con tus palabras –el sonríe– Incluso a mi me cuidas mucho.

   A ella se le llenaba el corazón con las palabras de Armin, quien era el único que podía hacerla sentir valiosa y buena. Quería ser mejor por el, quería ser merecedora de su amor así como Christa o hasta Annie.

– Si... –ella quita suavemente su mano del agarre de Armin– ¿Extrañas a Annie?.

– ¿Por qué hablamos de ella de repente? –pregunta Armin y suelta una suave risita– Yo... bueno, un poco, si, pero tu eras más amiga de ella que yo.

– Pero a ti ella te gusta –asiente con la cabeza y desvía su mirada evitando conectarla a la de Armin, no quería que viera lo mucho que le lastimaba pero aún así quería estar segura de los sentimientos del rubio.

– Oh no, para nada –niega rápidamente Armin– Es decir, quizá en nuestro primer año en reclutamiento si me gustó pero ahora ya no.

   ____ siente un enorme alivio recorrer todo su cuerpo, era como si algo pequeñito dejara de presionar su corazón y este dejara de doler finalmente. Armin, por otro lado, estaba completamente rojo por las palabras que quería soltar, el también quería sentirse aliviado por fin.

– ¿Que? ¿Que es lo que quieres decir? Te conozco y sé cuando te guardas algo para ti mismo –dice ____ y acaricia la mejilla sonrojada del joven– y se que quieres soltarlo.

– No... No es nada –miente él y une su mirada a la de ella– O... bueno, si. Volviendo a ese tema, no me gusta Annie, ahora me gusta... alguien más.

– ¿Ah si? ¿Y quien es? Digo, si es que puedo saber.

   Armin toma la mano libre de la muchacha, dejando que con la otra siguiera acariciando su mejilla. Se sentía increíblemente lindo. Ella lo mira sonrojada esperando con ansias que el soltara las palabras que por tanto tiempo había querido escuchar. El quería hablar lo más pronto posible pero el miedo no lo dejaba.

– Armin... –susurra ella mirando los dulces labios del nombrado.

– Yo... –tímidamente el muchacho lleva su mano libre a la mejilla de ____ y sonríe con dulzura– Me... Me gustas tú ____ –confiesa.

    Ella se siente desvanecer por la enorme felicidad que sentía.

– ¿¡De verdad lo dices?!.

– Si, lamento si es incomodo o te tomó por sorpresa pero... no podía guardarlo más –Armin se pone nervioso– No debes decir nada.

The Only Option (Armin Arlet)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora