Cuando es la persona correcta, pero el momento equivocado. Cuando los desastres dentro de este universo impide su unión pero el amor es aún más grande.
Al reconocer aquella voz, una que no había oído en mucho tiempo, en años, sus ojos se llenan de lágrimas. El corazón se le acelera debido a la emoción. Le costaba mucho creer lo que escuchaba.
– ¿Me escuchó? –repite el muchacho mientras esbozada una pequeña sonrisa, con lágrimas en los ojos.
Ella levanta la mirada, encontrándose con esos hermosos ojos celestes que estaban a punto de soltar unas lágrimas.
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– No puede ser... eres tu... ¿Armin? –ella lo mira incrédula, entonces lleva ambas manos a su boca– Estás aquí...
– ¿Ha pasado mucho tiempo no? –el rubio se acerca un poco a ella, con una sonrisa enorme.
– Carajo, si... pero estás aquí, estás aquí en serio...
______ se lanza a los brazos del joven, dándole un abrazo que prontones correspondido a la vez que ambos soltaban en lágrimas. Estar en sus brazos luego de unos largos años era como un sueño del que no quería despertar nunca.
– No sabes cuando me hiciste falta. Desde la última vez me ha sido mucho más difícil estar sin ti –dice Armin acariciando su cabello.
Pero ella presiente algo. Algo muy malo. Se separa de Armin un poco, mirándolo confundida.
– Armin ¿por que están aquí? Imagino que ellos también... –abre los ojos– ¿¡Que va a pasar?!.
– Por favor no levantes la voz –Armin mira nervioso a todos lados– Yo... no puedo decírtelo _____, en serio que no puedo, entiéndeme.
Ella comienza a derramar lágrimas. Quizá, muy en el fondo, sabia que algo malo se aproximaba.
– Yo... –la chica ladea la cabeza– Entiendo.
– Por ahora es más que peligroso que nos vean juntos. Logré irme con excusas.
– Vamonos a la cabaña ¿si? Ahí nadie nos verá.
_____ toma la mano de Armin y juntos comienzan a caminar, comenzando a alejarse de la zona más poblada.
– Cada vez que te veo, estas aún más cambiada –dice Armin, observándola con una sonrisita.
– ¿Y eso es bueno o malo? –ella ríe.
– Es bueno.
– Pues tu también te ves diferente esta vez –sonrie– ¿Es mi impresión o creciste un par de centímetros? Y el cabello corto se te sigue viendo bien.
– Recuerdo que eso me dijiste la última vez que estuve aquí... y desde entonces no me lo he dejado largo –Armin se sonroja.
– Querido, te verías bien hasta calvo, tienes que saber eso.
Siguen caminando bajo el hermoso cielo soleado. El día no era muy tranquilo, pues había mucho más movimiento de lo usual gracias al gran evento. Un evento que terminaría en tragedia.
