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    Ambos se encuentran sentados en la muralla, solo apreciando de la luz de la luna mientras tomaban sus manos de una manera muy delicada. Desde hacía unos minutos que tomaron asiento pero ninguno decía absolutamente nada. Estaban muy nerviosos.

– Sobre lo que pasó anoche... De eso de que tu y yo nos gustamos es... bueno, perdona no tengo experiencia en esto. Nunca antes le confese mis sentimientos a nadie –dice Armin mientras miraba sus pies, muy nervioso.

– Tranquilo –dice ___ colocando su mano libre en la mejilla de Armin– Ya todos se dieron cuenta de que algo sucede entre nosotros –ríe.

– Imagina como estarían cuando por fin tu y yo seamos novios –el chico se ruboriza– Digo... si es que quieres que algún día lo seamos.

   _____ siente una inmensa alegría correr por todo su cuerpo. Se estaba olvidando del temor de perder a alguien así de valioso en su vida. En algún momento ocurriría pero ¿por que no disfrutar mientras podían? Amaba a Armin y no quería limitar eso. Rápidamente le hace saber su felicidad mostrandole una sonrisa a el.

– Claro que quiero Armin... Bueno, no podría convivir todo el tiempo con alguien que quiero y me gusta sin poder ser novios –ella sonríe y toma su mano.

– ¿Tu... me quieres? –pregunta Armin son poder creérselo, se sentía muy alegre por saber eso– Yo también te quiero mucho. Desde hace un tiempo supe que era como algo más que una amiga.

   Se sonríen mutuamente y vuelven a cortar la distancia con un tierno y corto beso.

– ¿Tu... quisieras ser mi novia? _____ –el rubio acaricia su mejilla con dulzura.

    La chica siente su corazón dar un vuelco por la emoción y alegría del momento. Oír aquellas palabras era lo que más había anhelado en mucho tiempo, quizá desde que había comenzado a sentir atracción por Armin.

– Claro que si, si quiera Armin, quiero ser tu novia –contesta _____ y besa fugazmente al muchacho tomándolo por sorpresa pero le sigue el beso, demostrando lo inexperto que era.

– Wow... –susurra Armin separándose lentamente de ella y dejando a la vista el notable sonrojo en su rostro– Entonces... esto significa que ya somos novios.

– Si –ella sonrie– ¿No quedó claro con la respuesta que te dí hace rato? Eres mi novio...

   Armin suelta una pequeña risita apreciando la expresión de felicidad que se veía en la muchacha, quién se levanta y corre asomándose a la orilla de la muralla.

– ¿Que haces? –pregunta Armin divertido.

– ¡Soy tu novia! –mira al rubio para luego mirar a toda la ciudad apenas iluminada– ¡SOMOS NOVIOS! –grita _____ alegremente.

    La noche pasa rápido, o así lo sintieron ellos gracias a la compañía del otro. No hicieron más que estar recostados observando las estrellas mientras nombraban a las más grandes y brillantes. Disfrutaban de lo tierno e inocente que era su amor apenas consolidado en noviazgo. Para Armin todo era nuevo ya que jamas había tenido una novia así que era quien más disfrutaba de demostrar su cariño por ____ mediante abrazos, tiernas caricias y besos inocentes.

   Charlaban de cosas triviales, incluso contándose un poco más acerca de sus familias. El chico le habló de su abuelo y el cariño inmenso que le tenía aún cuando el ya había fallecido tras ser enviado a recuperar las tierras perdidas. Le habló de su amistad con Eren y Mikasa, como fue que los conoció, lo mucho que ellos lo cuidaban y lo débil que se sentía por eso. Compartió todo lo que conocía del mundo exterior y de su sueño por conocer el llamado mar.

– Eso es muy interesante... lo del mar, suena a algo magnífico –dice ella mirando el cielo– Debe ser inmenso y seguramente sabe asqueroso.

– Si –Armin ríe– Imagina, es un montón de agua salada, creo que una persona hasta podría morir por ingerir una gran cantidad.

– Entonces... ese es tu sueño –ella sonríe.

– Si, es ese. ¿Que hay de ti? ¿Hay algo que quieras contarme? –el rubio piensa– Siempre me dio curiosidad saber como conociste a Reiner, Bertholdt y Annie.

    ______ lleva sus piernas a su pecho y las abraza, suelta un suspiro.

– Los conocí cuando a los refugiados nos llevaron a hacer cosechas y esa mierda... luego del desastre en Shingashina –comienza a relatar– Comenzamos a hablar todos los días hasta que finalmente me integraron en su pequeño grupo, luego dormíamos en el mismo lugar... De ahí jamas me he separado de ellos.

• cinco años antes

– ¡Hey Bertholdt! Ayúdame con esto –se queja _____ mientras trataba de mover una carretilla llena de bolsas de estiércol.

   El niño ae acerca rápidamente a su amiga y carga con la carretilla muy fácil.

– ¿Así pretendes convertirte en soldado? –le pregunta Reiner acercándose cruzado de brazos.

– Por favor no empieces –pide ____ fastidiada– Me tienes cansada.

– Silencio –ordena Annie.

  El grupo de tres era bastante conocido en el lugar. Todas las caras eran familiares ya, luego de unos largos meses dentro del refugio era normal que todos se conocieran. Annie era caracterizada por no acercarse casi nunca a nadie, se alejaba de todos como si tuvieran la lepra. En cambio Reiner y Bertholdt no eran tan así, ellos disfrutaban de charlar con los demás campesinos.

– ¿Estás bien? No le hagas caso a Reiner. Sabes que el es demasiado preocupado –Bertholdt abraza afectuosamente los hombros de la niña.

– Si, lo se, pero ni siquiera a mi me preocupa tanto eso de ser soldado ¿por que a él si? ¿Que le importa? –Ella corresponde el abrazo mientras rueda los ojos.

– Yo... no lo sé.

    Las noches eran algo difíciles. No tenían mucho abrigo o mantas que usar para resguardarse del frío así que utilizaban lo poco que tenían más un poco de calor con sus cuerpos. Dormían en una pequeña ronda los cuatro, _____ abrazaba a Reiner ya que a Bertholdt no podía por las extrañas posturas que tenía para dormir y Annie no querría ni tenerla cerca.

   La comida solían racionarla de forma igual. Muchas veces quedaban con hambre pero preferían compartirlo entre sus amigos antes que llenarse el estómago a base de egoísmo. Desde hace días que ninguno comía bien, la comida escaseaba así que el gobierno idearia un plan donde reducirían el mayor número de los refugiados.

– Come esto –Reiner parte a la mitad un trozo de pan y se lo da a su amiga peliblanca.

– ¿Estás seguro Reiner? Últimamente estás más alto, no creo que te llenes con lo poco que haz comido –dice ____ aceptando el alimento pero no muy segura de hacerlo.

– Si, no te preocupes –el rubio bebe un poco de agua.

    Se cuidaban casi como hermanos y Reiner no quería que sus malas acciones y decisiones terminaran por hundirla a ella también.

  

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The Only Option (Armin Arlet)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora