53

131 17 4
                                    

     ______ siente un intenso dolor en la cabeza e intenta abrir sus ojos, pero estos simplemente le pesaban demasiado como para poder hacerlo. Sentía su cuerpo muy frágil y este apenas podía acostumbrarse a la tenue luz del lugar en el que se encontraba.

  
– ¿____? ¿Ya despertaste? –pregunta Porco a su lado, y toma su mano con preocupación.

   Ella se relaja al oír una voz conocida pero entonces un montón de recuerdos e imágenes vienen de golpe a su mente. Eso hace que toda la tranquilidad del momento se esfume rápidamente. Se levanta como puede, alertando a su amigo.

– Oye espera, espera, no tan rápido _____, ten más cuidado –el la ayuda a sentarse en la camilla.

– Porco... ¿en donde estamos? ¿Y los otros? Mierda... ¿¡Y Pieck donde está, está bien?!.

– Relájate, ella se encuentra bien. Todos lo estamos.

   Porco baja la mirada.

– Bueno... no todos.

– ¿De que hablas? –ella suspira nerviosa y juega con sus manos– Dime ya que pasó. Conozco esa mirada.

– Udo y Zofia... –Porco murmura con pesar, no estaba seguro de querer darle esa noticia.

   En ese momento, el corazón de _____ se rompe instantáneamente.  Siente un extraño dolor en el pecho que la vez que los ojos se le cristalizaban por las lágrimas.

– ¿Cómo pasó? –la peliblanca agacha la cabeza- ¿Están muertos?

– No, lo siento, no, no están muertos – Porco niega con la cabeza– Están heridos, pero van a estar bien, no te preocupes –suspira– Pero Gaby y Falco subieron a la aeronave de Paradise.

    Muchas cosas malas habían sucedido y toda esa información caía como balde de agua fría para la muchacha. Lo que más le dolía era saber la situación de sus cuatro niños, pero conociendo a la Legión, Falco y Gabi podían seguir con vida aún.

– Y por cierto, pasaron tres días desde el ataque.

– ¿Que? ¿Todo ese tiempo estuve inconsciente? –la chica se toma la cabeza sintiéndose mareada.

– Si, empezaba a creer que no ibas a despertar –dice el chico– Ahora te traeré un poco de comida y agua, lo necesitas, tienes que tener fuerza para luchar.

– Estoy harta de luchar –suspira.

   Pero lo haré por ustedes... por mis niños, por la gente que perdí piensa la muchacha antes de volver a acostarse. No quería salir afuera y descubrir la destrucción, mucho menos quería ver los cadaveres.

   Aun se sentía extrañamente cansada a pesar de haber dormido por tres días aunque su cansancio era más mental que físico.

   Luego de unos minutos, Reiner entra a la habitación con una bandeja de comida. Esta contenía un poco de frutas y sopa de verduras.

– Me alegra saber que hayas despertado al fin –dice Reiner dándole una media sonrisa y tomando asiento a su lado– Come, debes reponer fuerzas.

– Gracias Reiner –ella sonríe levemente empezando a comer– ¿Cómo te encuentras?.

– Mentiría si dijera que estoy bien. Solo... cansado de todo esto pero con más ganas de luchar que nunca.

– Te entiendo. ¿Que novedades hay?.

– Vamos a contraatacar la isla – responde el rubio.

– Ya veo... ¿eso cuando será?.

– Tal vez mañana, no sabemos, lo más pronto posible.

– Entiendo.

   Ella, con las pocas fuerzas que tenía, lleva otra cucharada de la sopa a su boca pero la aparta rápidamente cuando siente su estómago revolverse.  Las nauseas llegaron a ella muy repentinamente. Se levanta de la cama sosteniéndose del estómago y corre al baño para poder vomitar.

 Se levanta de la cama sosteniéndose del estómago y corre al baño para poder vomitar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

     Reiner la mira confundido y preocupado.

– Que raro, si a te encanta esta sopa – dice el rubio rascando su cabeza.

– No se porque... sentí un poco de asco de repente –dice ____ y otra vez vuelve a vomitar en el retrete.

– No se que tendrás.

   _____ se levanta aún sosteniéndose del estómago y vuelve a la cama, bajo la expectante mirada de su amigo. A él se le vino una idea a la cabeza, un pensamiento que saca rápidamente de su cabeza. Lo que pensaba no podía ser cierto, de ninguna manera.

– Quédate aquí y descansa un poco más. Tengo que irme, aun hay que cosas que resolver –Reiner besa la frente de la chica.

– Si... gracias Reiner –sonrie.

– Vendré más tarde a verte.

   Dicho eso, el hombre abandona la habitación.

[...]

    La joven camina con precaución por la zona de internamiento, la cual estaba casi completamente destruida. Otra vez sentía las extrañas nauseas al observar como aún había cadaveres bajo los escombros.

   Piensa en las dos veces que Reiner y Bertholdt atacaron las murallas, incluso cuando Annie apareció en Stohess o cuando Zeke bombardeó a los soldados. Lucia exactamente igual. Siempre, en el fondo, entendió y sintió compasión por los 'demonios de la isla' pero eran cosas que no podía comentar con total libertad. Ahora vivía en carne propia lo que les habían hecho sufrir.

   Lamentablemente, hace tan solo diez minutos, le habían informado que el cadáver de su padre fue hallado bajo los escombros, en cambio su madre no fue hallada por ninguna parte, aun así la daban por muerta. Ahora si, estaba sola en el mundo. Sus dos razones de vivir ya no estaban a su lado y jamás volverían a estarlo.

   Sus lágrimas no podian ser retenidas por más tiempo.

   Sus lágrimas no podian ser retenidas por más tiempo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


– Mamá, papá... lo siento, no pude salvarlos –susurra con el corazón roto.

  ¿Cuanta más gente debía perder?.


🔮

The Only Option (Armin Arlet)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora