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– Armin, traje tu comida –habla Connie desde el otro lado de la puerta– ¿Armin?.

   El muchacho acerca su oído a la puerta, intentando escuchar alguna señal de Armin. Y así sucede, pero se trataba de un fuerte sollozo, lo que basta para poner triste por su amigo. Luego de unos segundos, se escuchan pasos acercándose del otro lado. La puerta se abre.

– Connie, gracias, que... amable eres – es lo primero que suelta Armin con una voz muy desanimada.

   El rubio lucia muy deprimido. Sus ojos se veían cansados, con ojeras y ligeramente rojos. Al igual que su nariz, estaba rosa, tal vez hasta irritada de tanto limpiarla. Durante toda la noche, no pudo dejar de llorar por ____ y la forma en que ella lo había abandonado y traicionado. Ahora hasta dudaba de si todas las cosas que ella le había demostrado eran de verdad.

– ¿Cómo te sientes? –le pregunta.

– Yo... me siento fatal –responde Armin suspirando con pesadez– Gracias por la comida Connie, lo necesitaba aunque no se si pueda comer.

– No es problema... Si necesitas algo, estaremos abajo –Connie le sonríe levemente antes de empezar a alejarse, sabia que el rubio quería estar solo.

   Armin mira por unos instantes la comida en su bandeja antes de encerrarse en su cuarto otra vez. Sentía más hambre que nunca pero no sabía si era capaz de probar bocado alguno. Se sentía realmente mal. El chico deja la comida sobre la silla y se sienta en la cama.

– ¿Por qué lo hiciste? –susurra para si mismo mientras miraba por la ventana.

   No lograba entenderlo del todo. Fácilmente descifró la identidad de Annie e incluso la de Reiner y Bertholdt.  ¿Por qué jamás sospechó de _____? ¿Acaso así de ciego lo tenía su amor por ella?.

  
– La gente dice que se puede morir por un corazón roto –Armin se levanta y se apoya en el ventanal– ¿Cuanto falta...?.

[...]

    ______ baja del barco con una sonrisa que reflejaba su emoción por volver a casa, pero había algo malo ¿y que era ello? Lo que tuvo que hacer para regresar. Al menos no regresaron con las manos vacías, tenían a Ymir con ellos y su destino era muy cruel.

   Mira entre la multitud hasta encontrar rostros conocidos entre ellos, ahí estaban, eran sus padres, quienes, de no haber sido por su cabellera blanca, no hubieran logrado reconocerla. Esos años habían hecho mucha diferencia en su aspecto.

– ¡_____! –grita su padre corriendo con los brazos abiertos.

– ¡Papá! –exclama _____ tirándose a sus brazos, rodeando los hombros de su padre con sus brazos– ¡Te extrañé mucho!.

– Mi niña ¿¡Estás bien?! ¿No te hicieron nada esos... demonios? –su madre acaricia sus mejillas.

Los demonios... los demonios que me ayudaron a sobrellevar todos esos años, a quienes les debo la mayor parte de mi felicidad –piensa la muchacha– Yo... no, estoy bien mamá, tranquila.

– ¿Y Marcel? –pregunta la mujer sonriendo– ¿Marcel y tu siguen juntos?.

  La joven vuelve a sentir un dolor en el pecho y simplemente niega con la cabeza. Aún les debía una larga explicación y una triste noticia. Un poco incomoda por lo que tenia que decir al respecto, mira a otro lado,  quizá eso fue peor... ahí estaba Porco parado, sin expresión alguna, al parecer ya había sido informado.

– Yo... ya regreso –camina rápidamente hasta Porco– Porco...

– ¿De verdad ha... durado tan poco? – el rubio aprieta los puños mientras bajaba la cabeza– ¿Cómo fue exactamente?.

– No creo que quieras saberlo ahora Porco, hasta a mi me... ha costado mucho asimilarlo –ella suspira– Haz crecido mucho.

– No te quedas atrás –Porco la mira– Supongo que fue difícil sin Marcel.

– Aún no me acostumbro a su ausencia, aún después de cinco años.

– Si yo hubiera estado ahí, nada de eso hubiera pasado. Tuve que haber ido yo... –dice el chico con enojo e impotencia, con lágrimas apunto de salir de sus ojos.

– Hey, hey –la chica lo abraza afectuosamente– Recuperamos al titan mandíbula, ahora tu lo heredarás.

   Porco se suelta en un silencioso llanto sobre el hombro de _____. Tanto el como Marcel, llegaron a ser muy buenos amigos de ella, solían ser inseparables y fue una de las razones por las que Porco odió aún el hecho de no haber heredado el poder de ningún titan en el momento, porque tendría que quedarse solo en Marley, sin su hermano y su amiga.

  
– Dime, ¿que tan horrible fue estar con esos demonios?.

Nunca había sido tan feliz –piensa ella.

A N T E S

– Te traje una manzana –dice Marcel llegando con la chica y extendiendole la fruta en su mano.

– Gracias Marcel –ella acepta la manzana y le sonríe amablemente– Que atento eres.

– Que atento eres –replica Porco con un tono molesto.

   Su hermano Marcel llevaba semanas cortejando a la amiga que tenían en común y eso lo molestaba un poco, porque a él no le gustaba nadie y no entendía el porqué se debía ser 'un caballero' con las niñas.

– Cállate Porco, ¿no tienes que ir a pelear con Reiner por ahí? –se queja ____ dándole un mordisco a la manzana.

– Lo mismo me pregunto. Pelean tanto que hasta parece que se gustan –se burla Marcel.

– ¡Que asco! –dice Porco haciendo una mueca de disgusto– Quisiera golpear a ese idiota –se cruza de brazos.

– Pues no lo hagas, sabes que Zeke se enoja con nosotros porque lo metemos en problemas con Magath  –lo reprende la niña.

– Si, tienes razón –Zeke aparece detrás de ellos y despeina las cabelleras de ____ y Marcel– ¿Y que dices Marcel? ¿Estás haciendo las jugadas que te enseñé?.

– Pues... algo así –Marcel se pone rojo.

– ¿De que jugada hablan? ¿Por qué no me han dicho nada? –pregunta Porco.

– Cuando consigas una chica te enseñaré Porco, mientras tanto es tema de hombres.

–Pero ¿como sabes del tema de chicas, Zeke? Si tu nunca haz tenido novia... tampoco le hablas a muchas –dice ____ confundida.

– Mejor no hablemos de eso –Zeke se cruza de brazos.

   Así pasaban sus tardes antes del entrenamiento, Zeke solía verlos como hermanitos pequeños a los que guiar, aunque muchas veces le resultaba estresante. En sus ratos libres, pretender que eran simplemente niños viviendo una vida normal, era de lo mejor.

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The Only Option (Armin Arlet)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora