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   Armin se encontraba observando el horizonte, sentado desde uno de los solitarios muelles de la ciudad. Estaba esperando a _____, quien se había marchado para comprar algo con lo que pudieran disfrutar esa hermosa tarde.

– Entonces ya conoces el mar –dice ____ llegando con Armin.

– Si, es algo simplemente bellísimo ¿no lo crees? –Armin la mira con una gran sonrisa iluminando su rostro.

– Claro, hasta pensaba en ti cada vez que pasaba por aquí y pensaba en lo encantado que estarías –ella toma asiento a su lado y pone la bolsa de papel junto a ellos.

– ¿Que compraste?.

– Traje de los bocadillos más deliciosos de todo Marley. Te van a gustar, lo sé – ella sonrisa mientras sacaba la enorme bandeja de bocadillos.

– Vaya, si que se ven ricos.

   Mientras que Armin volvía a hablar de un montón de cosas triviales, _____ no podía dejar de mirarlo con una boba sonrisa. No podía creer que lo que estaba pasando era real y no un sueño, ya se había pellizcado a ella misma más de tres veces para cerciorarse de que estuviera despierta.

   Era como si la confianza no se hubiera ido a pesar de todo el daño ocasionado. Aún estaba esa chispa en ellos. No estaban seguros de si seguían siendo novios todavía pero ponerse términos o nombres no era lo más importante para ellos en ese momento.

– Y entonces... –Armin se detiene al percatarse de que ella no le estaba prestando mucha atencion– ¿Que sucede? Sigues siendo igual de distraída. –el esonríe.

–Hey, no soy distraída –ella rie– Es solo que... ¿no te parece raro? Quiero decir, estamos juntos después de dos años, estamos charlando como en los viejos tiempos y nos estamos riendo. No creí volver a tener este tipo de cosas contigo.

– Bueno si, es raro porque pensé que no volvería a verte pero aquí estás –el toma su mano y entrelaza sus dedos– Es todo lo que necesitaba para sonreír.

– ¿Cómo haz estado todo este tiempo?.

– Bien, eso creo... Las cosas están un poco más movidas ahora.

   El estado de ánimo de Armin había decaído muchísimo durante esos años. Poco a poco había dejado de dar sonrisas sinceras. Tenía problemas para conciliar el sueño. Lo único que podía darle por lo menos una pizca de felicidad, era la última carta que _____ dejó para el.

– ¿Y tu como estuviste?.

–¿Yo? –la chica suspira y mira hacia el cielo– Bien, supongo, las cosas han estado un poco difíciles ¿sabes? Pero tengo a mis amigos... a mis padres –mira a Armin– Pero me sentía incompleta porque faltabas tu.

– Créeme, también me hacías falta.

    El rubio lleva su mano a la mejilla de _____, la cual acaricia suavemente con su dedo pulgar.

– No había noche que no me la pasara pensando en ti –dice Armin mirando los labios de la muchacha– Moria por... volver a besarte.

– Hazlo ahora... Por favor.

   Ella lo miraba suplicante y con mucho deseo mientras acercaba lentamente su rostro hacia el de Armin. Se miraban mutuamente con el mismo sentimiento de deseo. Sin duda seguían teniendo la misma intensidad y conexión que antes.

   Armin finalmente decide cortar con los pocos centímetros de distancia que había entre ellos y lo hace, la besa con mucha suavidad, como si sintiera que ella fuera a romperse en cualquier momento al mínimo tacto rudo que el hiciera. Siempre la había tratado así, como si fuera una frágil muñeca de porcelana, a pesar de que ella tenía mucha más fuerza que el.

The Only Option (Armin Arlet)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora