ᗴ᙭丅ᖇᗩ | Liam

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«Este es un extra desde el punto de vista de otro protagonista: les dejo el nombre y el capítulo en el que ocurre el suceso»


Capítulo 10. Trauma


LIAM

-Pues esto es un adiós -le dije yo, con una voz triste y bastante derrotada, y la verdad sí, si estaba derrotado, y todo por culpa de la chica sentada frente a mí.

Me levanté bruscamente de la banca. No me estaba sintiendo nada bien. No miré hacia atrás, solo seguí caminando con un paso firme y seco. No pude convencerla y eso me dolió, me afectó, y mucho. Sheila siempre fue muy, terca, y al parecer "cruel". Era la primera vez que la había visto actuar así, tan extraña.

Pero ella había dejado claro que no me quería, solo habíamos sido unos putos amigos con derechos. Que asco. Esta chica me había mentido, y yo, como un estúpido la había creído totalmente, casi a ciegas, casi no. Totalmente a ciegas. Y eso la verdad me había afectado. ¿A quién no? Quieres a alguien y ese "alguien" te hace creer muy realista que el sentimiento es mutuo, y luego va y dice que no. Que... Triste.

Seguí caminando con un paso muy acelerado y muy enojado, hasta llegar a mi auto. Juré que si alguien se metía en mi camino acabaría pisado. Nada más llegue, comencé a dar golpes al volante, como un loco e intencionalmente fuerte, intentando desahogarme, pero no, no funcionó, solo conseguí sentirme menos apreciado y odioso. Jamás pensé que las cosas pasarían como pasaron. Tenía muchas cosas en mente. Muchísimas. ¿Como era posible que Sheila me rechazara? Había notado que me miraba como yo a ella, una enamorada. ¿Me había estado mintiendo durante todo este fucking tiempo? No había mucha posibilidad, pues, no lo sé... Éramos muy buenos amigos desde niños, y juraría que incluso en su diario había lago escrito de que yo le gustaba. ¿Cómo lo sé? Se llama ser un "cotilla" astuto. Así es, le había leído el diario a esa "" en secreto.

¿Como puedes hacerme esto? Y además de una manera intencional de herir. <<Tú no eres así princesa>> Mí princesa.

Yo no era de esos chicos que no aceptarán ser rechazados, al contrario lo aceptaba, pero este era una caso muy distinto... Sheila me gustaba, y mucho. La razón por la que me enojé tanto y no acepté la situación fue porque ella había dejado claro que solo me había "utilizado" y eso me había herido hasta el punto de haberme dejado una gran cicatriz en el corazón. Nunca fui un chico débil, pero esto estaba ya fuera de control.

No conseguí calmarme, hasta el punto de pensar en que, saldría a fuera y les gritaría a todos que acababa de ser utilizado por la persona que jamás hubiera imaginado. Y ahí fue cuando una sonrisa ladina, y ligera curvo la comisura derecha de mis labios.

Tenía que desahogarme y conocía a la puta perfecta para ello.

Meghan.

Y así fue como arranque con mucha rabia mi coche, como si tuviera un toque de adrenalina. Odiaba admitirlo en este punto, pero la querida e hijaeputa de Sheila tenia mucha influencia en mí. Ahora odiaba admitir aquello. Que barbaridad. Carajo.

Agarre mi celular, intentando calmarme, pero no lo conseguía. Marque en un intento desesperado al número de Meghan, mi perra favorita en tal punto. Marque unos tres veces, y... A la cuarta atendió:

-Diga...-su voz sensual habló desde la otra línea. Por desgracia no causó nada en mí, y por ello la interrumpí, molesto:

-Soy yo -aclaré, mi voz no sonó nada agradable, de lo contario, enojada, muy enojada. Y es que lo estaba.

Ella suspiró desde la otra línea.

-¿Que quieres? ¿Volver a romperme el culo? -hizo una pausa -. Entonces tráeme una silla de ruedas. -mofo.

Ahora era el peor momento para vacilar conmigo, a menos que sí, le rompería el culo, o... La vagina, porque problema con ellos no tenía.

-Lo que te voy a romper es...-mi mirada de clavó en lo siguiente:
Me dió una punzada directa en mí ya, frágil corazón...

Quedé como un payaso al ver aquello.

Colgué, sin siquiera mirar el celular.

Shock para el mayor idiota del mundo.

¡¿Alguna vez dije lo injusto que era el universo?!

Ante mí estaba Sheila... Hija de puta... Con alguien muy... Joder, esto me iba a dejar sin neuronas del cerebro.

Con Jaison.

Claro, su rechazo ahora era obvio. Le gustaban los de su misma raza: idiotas sin corazón, asesinos, guapetes, hijos de puta... Y no sé que más mierda. Creo que me pasé al insultarla pero estaba muy cabreado como para pensar con claridad. Estaba yo ahí, en mi coche, viendo cómo esos dos caminaban tranquilos por ahí. Y yo aquí sentado como un maldito toro apunto de soltar aire por las orejas.

Y estallé otra vez.

No iba a follarme a una puta, sino que a todas. Tenía que desahogarme con el cuerpecito de alguien, de "alguna" para saciar mi ira, causada por mí amor platónico, je.

Para mí ya nada sonaba exagerado, pues mi enamorada estaba yendose con el chico del que la había intentado salvar muchas veces. Que irónico. Gracias de nuevo universo.

Jeje.

Arranqué mucho más cabreado que antes el auto y me dirigí a un club, no a uno cualquiera, sino que a mí club.

No iba a traer una silla de ruedas... ¡Sino que muchas! Iba a dejar cojas a todas las que viera, pues no me falta nada.

Manos Ensangrentadas © (COMPLETA✔️)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora