Capítulo 29. [+18]

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29. Tu Regreso


Jaison se fue hace unos meses de la ciudad. ¿Qué espeba yo? ¿Que cambiara su decisión por mi? Yo le di mi respuesta final: no elegía a nadie. Obviamente eso era rechazo aunque dijera que se podía quedar quien quisiera conmigo.

Bajé hasta la sala de estar, encontrando a mi madre en el sillón viendo algún documental. Era de noche, y la luna adornaba el cielo sin nubes que la hicieran desaparecer.

Me senté junto a ella, fijando también mi mirada en el televisor.

-¿Sobre qué va? -pregunto al ver el mar en la pantalla.

-Es un documental sobre tiburones. -responde ella sin voltearse.

-No sabía que te iba eso -quito mi mirada de la pantalla para fijarla en ella-. Tu siempre odiaste lo sangriento -ahora sí se voltea y me mira.

-Hemos vivido tanto que ya es imposible tenerle miedo.

Suspiro y asiento.

El documental sigue, y la verdad, me entretiene bastante. Y mientras sigo viéndolo junto a mi madre, la puerta suena a estas horas.

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Alguien acaba de tocar la puerta.

-¡Ya voy! -grita mi madre al escuchar los diversos timbres que dan. Parece ser alguien insistente.

Mi madre se levanta del sillón y se dirige a pasos lentos a la puerta. Mientras tanto, yo sigo sentada.

Escucho la puerta principal abrirse y lo siguiente hace que diversos escalofríos recorran todo mi cuerpo:

-¡AAAAHH! -es un grito muy fuerte de mi madre. Luego le siguen numerosos sollozos, lamentos y maldiciones.

Me levanto bruscamente del sillón casi corriendo a la puerta principal. Mis manos sudan al mismo tiempo que el bombardeo de mi corazón se desequilibra.

Llego a la puerta principal para encontrar la siguiente situación;

Mamá está en el suelo, rodeada por los fuertes brazos de Carl, quien la está abrazando con fuerza. Mamá está llorando y Carl esta ahí, sosteniendola para que no caiga. ¿Quién no estaría así al ver resucitado al ser que la ayudó a sostenerse de nuevo en su vida?

-Carl -bocifero yo.

Mamá sigue llorando y maldeciendole mil cosas, mientras que él sola la besa y le repite constantemente que se calme.

Yo ya sabía que Carl estaba vivo, y es por eso que, sinceramente su inesperada llegada no me sorprendió tanto. Él al fin y al cabo prometió volver a nosotras.

Él levantó a mamá y la recargó contra su cuerpo con mucha facilidad. La llevó a la sala de estar y la depositó con delicadeza sobre uno de los sillones. Mamá parecía estar inconsciente.

-¿Qué está pasando? -digo, acercándome a donde la acaba de dejar.

-Un muerto acaba de resucitar Sheila, y eso es lo que está pasando -responde él, y puedo notar cómo su voz sigue siendo tan profunda y ronca como antes.

-Eso ya lo sé. Dime, ¿cómo es que estás de vuelta? -me acerco a él.

-Prometí resucitar, eso es todo.

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-¡Por qué no me lo dijisteis antes! -reclama mamá mientras estamos cenando todos juntos, como en los viejos tiempos.

Manos Ensangrentadas © (COMPLETA✔️)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora