Capítulo 15. (2)

95 63 51
                                    

-¿¡Cómo!?

-Escucha Kelly-

-¡¿De verdad tú eres capaz de hacerme algo así!? -me interrumpió y sentí como su voz se rompía en pedazos, en muchos -¡¿Pero, porqué!? -sus ojos, al igual que lo míos, se comenzaron a humedecer, solo que ella no aguantó las lágrimas.

Sentía un gran nudo en mi garganta, las palabras no podían salir, me ardía el pecho, me dolía cada parte de mi ser. Entonces, ¿Que era a lo que estaba jugando?

Y las cosas se pusieron aún peor, cuando observé un cuerpo muy bien delineado acercase de nuevo a mí dirrección. A mi casa.

Jaison.

Mierda.

Acaso, ¿Las cosas se podían poner aún peor?: Mi hermana ya sabía que la estaba engañando con su novio, y ahora, él se estaba acercando a nosotras. ¿Que cojones íbamos a hacer?

¿Y si Kelly cumplía su amenaza y de verdad se quitara la vida?

Tan solo imaginarlo me hacia sentir demasiados mareos, demasiadas emociones... Todo era un caos. Un caos creado por mí.

Observé a Kelly, quién ya se veía destruida, apuñalada por la espalda por su propia hermana: yo. La peor hermana del universo. Y es que, me costaba creer lo que había hecho, me costaba admitir mi error.

-Que hace él aquí -murmuró Kelly, en un intento de aguantar las lágrimas y no derrumbarse a llorar en el piso. Me sentía horrible. Mi estómago comenzó a revolcarse.

Cuando Jaison se acercó lo suficiente, y a juzgar por su expresión, parecía que ya se había dado cuenta de la situación. Lo siguiente paso en segundos: Kelly enfrentó a Jaison, y al escuchar la misma verdad que yo le acababa de decir, se derrumbó. Su mundo colapsó. Pero, se levantó de golpe, abrió la puerta de entrada a la casa, se dirigió rápidamente a la cocina, yo y Jaison la seguimos, y para mí completo horror ella ya agarraba un cuchillo de cocina.

-¡Kelly, detente! -le gritó Jaison con una voz intimidante. Él empezó a acercarse a ella, en un intento de quitarle el cuchillo.

-¡No me voy a detener! -ella acercó aún más el cuchillo a su cuello, y, con una voz sacada del conjuro dijo: -¡¡¡Vosotros dos me habéis traicionado!!! -gritó fuertemente.

Entre mis gritos, los de Jaison y los suyos, no se supo cuándo el cuchillo acabó atravesando una parte de su cuerpo; el cuello.

Sangre.

Gritos.

Sirenas de policía.

Lamentos.

Más gritos, más sangre, más lamentos...

[•••]

A fin de cuentas, lo que quiere estar, está.

Y Ella no quiso estar. Se fue, nos dejó, a mí y al mundo. Te iba a echar mucho de menos. Pronto me daría cuenta de eso.

Ya me odiaba mucho por lo que hice, y ahora, me odiaba aún más. Acababa, prácticamente, de asesinar a una persona. A mí hermana. Kelly. Si hoy ella no se encontraba en este mundo fue por culpa de la traición. Una traición que me haría arrepentirme toda mi vida.

Pasaron varios dias desde su funeral. Entones, escuche los pasos de mi padre acercarse a mi cuarto, para decirme la cosa más shok del mundo:

-Nos mudamos. Hoy. Ahora -su voz sonaba afligida. Triste.

-¿Qué?, ¿Cómo? -pregunté, inquieta por una respuesta.

-Tu madre y yo ya lo hemos decidido.

-¿Por qué, papá? -al observar que mi padre no iba a responder, dije: -Yo no pienso ir a ningún sitio.

-No te estoy preguntando qué quieres.

-Pero papá-

-Prepara tu maleta -me interrumpió-. Ya casi nos vamos.

-¿Por qué nadie me dijo?

-¿Decirte el qué?

-Esto -repuse, molesta-. La mudanza.

Mi padre solo me observó, infeliz, sin pronunciar ni una sola palabra. Y así como apareció, desapareció de mi cuarto.

¿A donde nos iríamos?

Teníamos una buena vida aquí, en Canadá: Papá tenía un buen trabajo, una buena casa, una gran familia. Igual con mamá.

Pero, ¿A quién quería engañar? Si nos íbamos de la ciudad era por la muerte de Kelly. Papá ya casi ni me dirigía la palabra, mamá igual. No es que supieran sobre el engaño, la razón era que se aislaron del mundo, ya que Kelly era su hija más especial.

***

Ya en el coche, encendí la radio, quería escuchar algo diferente que las voces apenadas de mis padres. La radio decía;

-Si has perdido a un ser realmente importante en tu vida, ya deja de lamentarte y busca algo como: nuestras actividades de ocio del mes. Baratas y divertidas...

Cambié de canal. ¿Esto era marketing profesional o qué?

Bajé la ventanilla del coche, para observar a una silueta masculina: cuerpo rico, es decir, muy bien marcado, camiseta negra de nike... En fin un buen conjunto.

Jaison.

Desde que Kelly se suicidó y vivimos ese momento, no nos habíamos hablado más. Pero ahora, parecía estar acercándose, con los hombros en alto, el cuerpo firme: sin miedo. Se veía tan poderoso, tan presuntuoso.

Bajé del coche: con una cara muy fastidiada.

-¿Y ahora qué quieres? -solté en forma de burla, que él pareció notar, por lo cual frunció el ceño.

-¿Qué te ocurre maleducada? -resopló él, en tono de burla. Cruel y agresivo.

-¿Qué te ocurre a tí? -ataque de nuevo, en forma de defensa.

Él resopló: intentando calmarse.

-Solo vine a decirte que, -se acercó a mí, todo grandioso y sereno-. Todo lo que hemos tenido ha sido la cosa más-

-¡Sheila al coche! -era mi padre, hablando de forma intimidante-.¡Ahora!

Quería que Jaison me contara que sentía, no quería alejarme de él, pero tampoco quería crear un conflicto.

-Vete -me ordenó él, vigoroso.

-Pero termina tu frase. Por favor.

Soltó una carcajada, sexy, divertida, enfocada en sonar a burla.

-Tú y yo nos volveremos a ver. Te lo aseguro, Shei.

Y hay fue cuando nos separamos...

Manos Ensangrentadas © (COMPLETA✔️)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora