Capítulo 21.

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21. Nombre Desechable


AKOS

-¿Qué mierdas estás diciendo? -queja ella, pero no le presto atención y sigo hablando.

-Escucha con atención Sheila: Carl está en peligro mortal.

Su cara se pone morada. Literal. Su respiración se acelera como un motor.
Su corazón bombardea muy rápido, hasta yo soy capaz de escuchar sus latidos. Hasta me siento un poco mal por mi primita.

La chica a sus espaldas me mira con picardia. La ignoro, y justo cuando me pongo de espaldas, Sheila me agarra del brazo.

-Espera -dice, su voz es una mezcla de confusión. Sigo de espaldas y asiento.

Ella suelta un suspiro y se planta frente a mi irradiando confianza.

-¿Jaison? -suelta su nombre como si él fuera el culpable. Se me forma un nudo en la garganta y mi estómago empieza a revolverse.

Niego con la cabeza. Mis ojos están fijos al suelo. Aún siento la mirada de aquella chica en mi.

-No te voy a dejar ir de aquí -espeta, observándome con desdén-. No.

La observo con el ceño fruncido. Su boca se abre pero la cierra rápidamente. Parece estar recapacitando sobre algo.

-¿Quién está detrás de todo esto? -pregunta al fin. Parece tener tres ovarios.

Una carcajada se me escapa. -Sheila no me hagas reír-una fuerte bofetada impacta contra mi mejilla, haciéndome callar bruscamente y borrando por completo mi sonrisa.

La chica de los cupcakes pasa junto a mi rápidamente, parece estar incómoda.

-¡Respondeme! -ataca de nuevo, clavando sus verdosos ojos sobre mí, llenos de ira.

-Dejaré pasar lo de la bofetada porque eres mi prima, pero esa pregunta jamás te la respondo, gilipollas -espeto yo, mis manos se enpuñan y mis músculos se tensan.

-Pues no tengo otra alternativa -dice ella, sacando rápidamente un cuchillo de carnicero detrás de su espalda. Se acerca a mí y me lo pone justo en el ojo izquierdo.

Suelto un jadeo. Ella me mira penetrante. La sorpresa en mi rostro es exagerada, mi frente esta súper arrugada. Simplemente me cuesta procesar la situación.

-Supongo que algo aprendí de mi padre -mofa, soltando una risilla malvada.

No lo puedo creer. Suelto un jadeo. -... ¿Qué coño estás haciendo prima? -grito en frustración. Mi posición es muy mala, si intento quitarle el cuchillo de las manos acabaría atravesando mi ojo.

No puedo moverme.

-Hago lo que debería haber echo hace mucho tiempo -acerca unos milímetros más el cuchillo a mí-. Ahora responde Akos. ¿Quién es el enemigo?

Mi cuerpo se tensa al recorder el pacto que hice con él años atrás.

-No p-puedo d-de-decirte -tartamudeo con flojera. Mi corazón se acelera con el pasar de los segundos.

-Pues que pena... No me dejas con otra opción -el cuchillo me empieza a lastimar un poco-. ¡Desgraciado!

Intento hacer el mínimo movimiento, pero ella es más rápida y me pega un puñetazo en el estómago.

Zorra.

Un dolor intenso me hace casi caer al suelo. Ella me sigue mirando, audaz, escurridiza, y sobre todo, enigmática.

Manos Ensangrentadas © (COMPLETA✔️)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora