Marinette:
Era un idiota, un completo idiota que me tenía enamorada hasta el cuello. Al menos, estaba siendo sincero sobre sus razones, pero algo en su mirada había cambiado. Ya no era el hombre frío, y parecido a su primo, que trataba de alejarme a toda costa. Por unos instantes, volví a ver a aquel chico de entre 15 y 17 años que jamás dejó de apoyarme.—Adrien—inicié—eres el mismo chico que aguantó todos mis desplantes, mis malos tratos. Cuando le fallé al mundo, y me dieron la espalda, ahí estabas tú, tomando mi mano para que no me cayera. Te quedaste a mi lado en mis tiempos más oscuros, me apoyaste, me cuidaste, y lo sigues haciendo. Yo... ya no soy tan considerada como solía serlo. Me importa una mierda lo que hayas hecho, y mucho menos, me importa si lo sigues haciendo. Todo lo que quiero es estar contigo, amarte... Yo también he cambiado, me he endurecido. Ya no me importa la ciudad, no como solía hacerlo... la Marinette que daba su vida por París murió, y no la mataste tú, la mataron los parisinos, con su odio. Me quitaron mi pasado, por favor, déjame elegir mi presente.
—¿Y qué eliges para tu presente?
—¡Gato tonto!—dije, mientras caminaba hacia él, y se quedó estático, como si me estuviese esperando.
Sonreí al ver que no se alejó, y noté que sus ojos estaban fijos en mis labios, los cuales, mordí, antes de tomar su rostro entre mis manos, y pegar mis labios contra los suyos. Su boca me recibió con calidez, y correspondió mi beso al instante.
Un escalofrío recorrió mi cuerpo al sentir como sus manos tomaron mi cintura, y comenzaron a acariciar mi espalda desde arriba hacia abajo. Solté una risita al sentir como sus manos agarraban mi trasero, y lo apretaban, empujándome más contra sus caderas.
Yo enredé mis manos por su cabello, y sentí una corriente eléctrica recorriendo mi columna vertebral, al sentir como el bulto entre sus piernas crecía contra mis shorts. Sabía exactamente lo que eso significaba, y estaba dispuesta a entregarme.
No hay mejor manera de perder la virginidad que entregársela a la persona que amas con todo tu ser...
No había dudas en mi mente, y el miedo a que doliera se iba desvaneciendo cada vez más. Estaba lista, había nacido lista para ser de él.
Narrador:
Adrien había tomado su decisión, había decidido dejar que ella eligiera el destino de ambos, y ella lo escogió a él. El rubio se sintió afortunado, y más aún porque seguía pensando que no la merecía. Ella era maravillosa, y él era un maldito monstruo, y lo seguirá siendo con todos, menos con sus amigos, y con ella: su ángel, su amor, su salvación.A pesar de estar consciente de que Marinette era virgen, el chico no podía dejar de pensar en el sueño erótico que había tenido sobre ella, lo cual, hacía que la temperatura de su cuerpo subiera aún más rápido. Quería poseerla, quería hacerla su mujer.
Adrien decidió que se sometería a tratamientos de fertilidad en secreto, pero ara poder darle a su amada la familia con la que ella soñaba en su adolescencia. Planeaba cumplir todos sus sueños, y satisfacer todos y cada uno de sus caprichos.
Esta vez, no lo arruinaría. Tenía una segunda oportunidad para amarla, y la aprovecharía sin pestañear, gastaría cada gramo de su energía en hacerla feliz.
Sus manos bajaron hasta las piernas de su chica, y de un movimiento, la cargó, y ella enredó sus piernas alrededor de sus caderas, para no caerse.
Adrien la depositó en la cama, y observó atentamente cada expresión de su rostro, y de su cuerpo: su boca permanecía abierta, mientras respiraba agitada. Uno de los tirantes de su blusa blanca había caído hacia un lado, junto con el de su brasier, del mismo color. Sus mejillas estaban rojas, y su cabello, un poco despeinado.
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My Love in your Shadows [Miraculous Ladybug]
FanfictionDespués de haber perdido los Miraculous de su caja, la gente le dio la espalda a Ladybug, pero a pesar de eso, la guardiana de París jamás desistió de proteger su amada ciudad. El peligro aumentó, y ChatNoir se mantuvo a su lado todo el tiempo, hac...