Capítulo 12

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Adrien: 
Ese ruido fue extraño, pero se lo atribuí a alguno de mis hombres, moviendo armas, ya que hoy era el día del inventario. Dante y yo regresamos al auto, y nos subimos en el mismo.

—¿Por qué no vamos, de una vez, con todos nuestros hombres, y acabamos con los Agreste de una vez y por todas?—preguntó Dante.

—Porque no sabemos en dónde están los Miraculous—expliqué—y mi padre no hablaría, ni aunque lo matásemos. Le prometí a Marinette, hace años, que recuperaríamos todos los Miraculous de su caja, y eso haremos.

—¿Le entregará la caja a la chica cuando los reúna todos?

—Al menos, cuando consiga recuperar los aretes de Ladybug. Luego, acabaré con mi padre, y le arrancaré el broche de la mariposa.

—¿Y qué hay del que tiene su primo, señor?

—Con Félix lidio yo. Ha cambiado mucho desde que lo confronté por haberse hecho pasar por mí para engañar a Ladybug.

—¿Cree que en verdad ha cambiado?

—Me suplicó que dejara su Miraculous para el final. Lleva años sabiendo que estoy vivo, y no ha revelado mi secreto.

—¿Qué piensa hacer cuando la chica reciba la caja, y sus aretes de vuelta?

—Se lo entregaré en la puerta de su casa, para asegurarme de que no vaya detrás de mí. Marinette no pertenece a aquí. Pertenece en Londres, con sus padres, y su hermana.

Marinette:
¿Hermana? ¿Acaso Adrien había dicho hermana? ¡Pero si yo no tenía ninguna hermana! ¿Qué mierda? Debía confrontarlo al respecto, pero no ahora. Debía contener mis dudas para ejecutar mi plan.

—Lo admiro—dijo Dante—a pesar de no estar más en ellas, ha estado siguiendo, y preocupándose por las vidas de todos. Ayudó a los Dupain-Cheng, en su momento.

—Habían perdido a su hija Marinette, y Bridgette era su nuevo comienzo, si la perdían a ella también, morirían de tristeza, no es lo que Mari hubiese querido. A demás, ¿crees que dejaría morir a una bebé de tres años?

—¿Y al final, se curó?

—Sí, poco después de que la niña cumpliera los cuatro años, la vi, y estaba completamente recuperada. Afortunadamente, había aparecido un donante, antes de que la leucemia se volviera demasiado agresiva.

¿Leucemia? ¿Mi hermana casi se muere? ¿Mis padres sabían que Adrien estaba vivo? ¿Adrien ayudó a pagar el tratamiento de mi hermana? ¿Cuatro años? Sonaba como si la niña los hubiese cumplido hacía poco tiempo. ¿Mis padres habían adoptado una niña para lidiar con mi pérdida o habían tenido una hija de su sangre?

No lo sé... me costaba pensar con claridad en ese momento.

Sentí que el auto se detuvo, y escuché las puertas abrirse. Me doblé, hasta parecer una bolita, y seguí debajo de la manta.

—El micrófono de larga distancia, conéctalo a la grabadora—indicó Adrien, mientras abría el maletero.

—Ya están conectados. Toma la cámara—dijo Dante.

—Eficiente, como siempre, amigo mío—dijo Adrien, y sonaba alegre—Oye, debes cambiar la rueda de respuesto... tiene una forma muy extraña.

¡Oh, mierda! Mierda, mierda, mierda... Si me descubrís ahora, me llevaría de regreso a casa a regaladientas. Necesitaba seguirlo por otro rato, antes de descubrir mi presencia.

—¡Vaya mierda de calidad!—gruñó Dante—no vuelvo a comprar en esa tienda. Ni siquiera la hemos usado, y ya está dañada.

—Ya lo harás, cuando regresemos—dijo Adrien, y escuché que cerraron la cajuela.

My Love in your Shadows [Miraculous Ladybug]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora