Capítulo 24

691 25 15
                                    

Marinette:
Quería salir corriendo de allí. Me estaba costando controlarme para no irle encima a esa rubia tonta, y arrancarle esas extensiones.

—Necesito ir al baño—dije, y traté de marcharme, pero Adrien me agarró del brazo.

—Necesitamos hablar—me dijo, y luego, se dirigió a sus socios—¿Puedo tener un momento a solas con mi esposa, señores?

—Claro—dijeron, y se marcharon del rincón, dejándonos solos a Adrien y a mí.

—No es un buen momento—le dije, conteniendo mi enojo.

Me sentía humillada, y horriblemente pisoteada. Ninguna de las veces que Chloe se burló de mí, o me hizo pasar algún bochorno en la escuela se comparaba con esto. Esta chica, la tal Priscilla, era como si hubieran puesto a Lila y a Chloe en una batidora, y como resultado, salió ella.

—Por favor, escucha lo que tengo que decir—suplicó Adrien.

—No quiero, ahora no—dije, y mi voz se rompió.

—No le des el gusto de llorar, no merece la pena.

—¿Crees que soy de piedra, como tú?—exploté. Te lo advertí, Agreste, te dije que no era un buen momento para tocarme los ovarios—¡Yo no puedo ocultar lo que siento! ¿Crees que es lindo escuchar como otra persona presume de haberse acostado con tu pareja, y de poder arrebatarle de tu lado en cualquier momento? No, no lo es. Ella me atacó a propósito, y va a intentar volver a acostarse contigo a toda costa.

Estaba celosa, sí que lo estaba. Mi sangre hervía en mis venas, y mi furia era inmensurable. Estaba ardiendo de celos, por primera vez, y odiaba sentirme así.

—La diferencia es que yo ya no voy a caer en sus juegos—me dijo Adrien, cruzado de brazos—Ya no soy el pobre diablo del que se aprovechaba—tomó mis manos, y yo traté de soltarme, pero él las apretó.

—Suéltame.

—Ahora estás tú aquí, a mi lado. ¿Acaso me has visto probar alcohol?

—Solo hemos estado media hora—gruñí.

—Princesa, por favor, ¿en serio crees que ella es mi tipo?

—Te la follaste, ¿no?

—Ella se cree mejor que las demás, solo porque... mi error con ella se repitió mas de una vez.

—¿Cuántas veces?

—No lo sé, no recuerdo, ¿unas seis, tal vez?

—Seis... eso es mucho más que lo que has hecho conmigo.

—Ya, seis veces que me tuvo que emborrachar para que quisiera tragarme su silicona... Está medio obsesionada conmigo.

—Al menos, podías haberme advertido sobre ella, para que sus comentarios no me tomaran por sorpresa.

—No sabía que estaría aquí. No se suponía que estuviera aquí. Ya había hablado con su padre sobre la situación de su acoso hacia mí, y él había prometido no traerla más a reuniones en las que yo estuviera presente. Supongo que se coló en esta.

—No tengo por qué aguantarla. Me voy con Alya y Nino. Si quieres, puedes unirte a nosotros cuando cierres los negocios.

—¿Me vas a dejar solo a la merced de esa víbora?

—No era tan víbora cuando te metiste entre sus piernas, ¿verdad?

—¿Estás celosa? ¿Acaso esto es una escenita de celos?

—Sí, estoy celosa, muy celosa. No soporto a esa arpía.

—¡Claro! Entonces te vas, y me dejas solo con ella.

My Love in your Shadows [Miraculous Ladybug]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora