Prólogo
"Porque donde hay envidias y rivalidades, también hay confusión y toda clase de acciones malvadas." Santiago 3:16
La brisa fría golpea mi cara, pequeñas gotas de lluvia caen en mi rostro, las nubes grises reflejan el cielo. Me encuentro a centímetros de una iglesia, es bastante grande, su estructura es delicada y sutil. Me adentro hacia ella, hay un grupo de personas sentadas en los asientos marrones. Los grandes ventanales de vidrio recubierto de colores rojo y azul hacen que su luz refleje en mi cara.
Tomo asiento en unas de las tantas filas de asientos que hay, me quedo mirando la estatua de Cristo crucificado y su gran santuario lleno de velas. El padre llega hasta el pódium y comienza a decir:
—Bienvenidos hermanos míos, empezamos este día con una oración a nuestro señor todopoderoso —dice y veo como todos se arrodillan, inclinan su cabeza y cierran sus ojos. No me limito en hacer eso, es como una humillación. Suelto una pequeña risa de mi boca, me pongo de pie y comienzo a soltar todo lo que tengo que decir.
—¿Enserio? Creen que él les hará milagros, ¿se han puesto a pensar si en realidad los escuchan? No... ¿verdad? —vocifero para todos me escuchen y algunos salen de sus pensamientos y se fijan en mí. Camino hasta donde el padre, para que todos puedan observarme.
—¿Es usted ateo? ¿no tiene fe? —me pregunta de lo más tranquilo. Mi puño quiere ir directo hacia su cara, sin embargo, me contengo.
—No, no soy ateo, créame, he visto tantas cosas que en algún momento las personas no creen que es realidad. Si creo en Dios, lo que no creo es que a él no le interese a nadie de ustedes —todos y cada una de las personas me observan con confusión —. Enserio, ustedes quieren idolatrar a alguien que no los escucha. Yo muchas veces le oré a él para que me sacara de un maldito infierno en el que estaba viviendo, lo hice muchas... veces, lo esperé, pero nada sucedió.
Mi voz se torna enfurecida.
—¿Qué si tengo fe? ¡Pues no! —ladro, pero una sonrisa curvada sale de mi boca —. Yo sí puedo permitirles todos esos milagros, vengan hacia mí, yo si los escucho. Aquí todos ustedes desean algo. Algunos de ustedes son avariciosos, quieren lujos, quieren salud y muchos también tienen pensamientos impuros como la lujuria y.... eso está bien, yo puedo cumplir todo lo que ustedes deseen, solo deben tener fe en mí y no en él —digo señalando la estatua.
Todas las personas comienzan a levantarse y a caminar hacia, están en una especie de trance. En realidad, yo no los controlo. sus deseos y voluntad hacen que ellos vengan a mí.
—Eso es... yo los elevaré muy alto —veo como se arrodillan, incluso el padre. Comienzan a gatear hacia mí y observo como todos están a mis pies, empiezan a besarme mis zapatos. —. No, no hagan eso. Yo no busco que ustedes besen mis pies, solo adórenme y solo crean en mí.
Sentir que todos te idolatran se siente bien. Inclino mi cabeza hacia atrás, pongo las manos sobre mi cuello hasta llegar a mis hombres. El hecho de estar aquí hace que mi cuerpo se debilite y duela. Observo al Cristo crucificado que empiezan a gotear sangre de sus ojos, el color carmesí brota de sus mejillas.
—Que empiece el juego —susurro.
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Daemon (Así mismo es el cielo como el infierno)
Fantasy"En el infierno lo adorarán y en el cielo lo despreciarán" Una guerra entre el cielo y el infierno se desatará. Daemon llegará para destapar todos los oscuros secretos del cielo y será el peor enemigo de Dios. Reconocido como el anticristo en la pro...