Capítulo 11

21 1 0
                                    

Capítulo 11

Ryan.

El perfeccionismo está en toda mi mente, desde que era pequeño tenía la costumbre de tenerlo todo controlado —menos dormir—. Tenía la tendencia de tener todo por color o en degradado. Todo perfecto, básicamente.

He tenido la curiosidad de investigar sobre nosotros, simplemente por el hecho de que somos nefilim, pero Agnes nunca nos ha dicho si tenemos que adorar a Dios o alabarlo, no lo entiendo la verdad. Creo en él, mi hermana también lo hace, y... ¿Si él sabe de nuestra existencia? No, no lo hace, porque si lo hiciera no estaríamos aquí.

Rose nunca le tomó tanta importancia a quienes son nuestros padres, pues ya que todos estábamos en la misma situación y no podíamos reclamar nada. Tengo la necesidad de saber más sobre mí, bueno... sobre todos.

No me gustó para nada la llegada de alguien nuevo en nuestra casa, invadiendo un lugar en donde no pertenece. Además de lo extraño que es. No me causa ni una pizca de confianza. Suelo ser bueno, pero cuando se trata de mi hermana, puede que esa parte de mí se vaya.

Con ese mínimo acercamiento que tuvieron ellos dos, me puse en alerta. Todo lo malo empezó a suceder cuando él llegó, lo de Eloise. Justamente cuando estuvo aquí, una bashee atacó, ¿Por qué nos atacarían? Hemos estado diecisiete años en esa casa y nada malo ha pasado.

Tuve que mentirle a Rose o evadirle a donde iba, no quiero que se entrometa en lo que estoy investigando, quiero dejarla fuera de esto. Mi cerebro solo está tratando de averiguar.

Lo primero es saber sobre que somos, de donde vinimos, como nos encontraron. Todas esas dudas tengo al respecto. Agnes puede ser una madre para mí, pero en cuanto a hablar con ella, detecto que miente, hay algo que no nos está contando.

Me dispuse a rentar un pequeño carro para poder andar por la ciudad, sin problemas. El sol está puesto a tanto que molesta mi cara. Mi parada es en una biblioteca que investigué en internet, tiene todo tipo de información y a un encargado de hablar sobre eso.

Salgo del coche y me subo a una acera para poder llegar hacia una puerta de cristal con un cartel colgando que dice: "Elinfierno es el cielo" escrito en inglés. Me quedo varios minutos confundido. Que gran mensaje de propaganda, que se note mi sarcasmo.

después de atravesar la puerta, un olor a madera vieja invade mi olfato, a mi vista hay unos estantes con libros. Nunca me llamó la atención leer uno, me parece demasiado aburrido estar desviando mi vista en cada letra. Un hombre de mediana edad se asoma por la vitrina que tiene a su frente.

—¡Por fin, un cliente! —exclama alegremente al verme. Por suerte habla mi idioma—. Ven acércate.

Le doy una sonrisa inocente mientras me acerco.

—¿No vienen muy seguido? —Con esa frase escrita en la puerta, ni yo vendría.

Acomoda sus gafas cuadradas con un dedo.

—A casi nadie le gusta este tipo de cosas. Solo dos o cinco personas vienen de vez en cuando —comenta.

Observo a través de la vitrina un artefacto extraño que brilla por su color despampanante, casi nublándome la vista. Es una rosa bañada en oro, parece de aspecto duro, puede que sea de metal, el tallo tiene unas letras grabadas que no sé diferenciar a las normales.

—¿Qué es eso? —señalo, manteniendo mi vista.

Inclina su cabeza para observar lo que estoy señalando.

—Ah, es una rosa de oro y metal —da respuesta—. Hay una historia larga detrás de ella. ¿Si usted quiere, la cuento?

No, no quiero estar horas hablando de un tema desviado.

Daemon (Así mismo es el cielo como el infierno)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora