Capítulo 1

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Capítulo 1

19 de marzo del 2001.

Michael.

Mi cuerpo se está congelando del frío, el gélido del suelo me hace estremecer. Temblando tendido en el bosque, y el sonido de las ramas moverse por el viento me obliga suspirar profundamente al darme cuenta de que estoy nuevamente aquí. Este todavía no se adapta a la Tierra; he estado varias veces y podría decirse que prácticamente soy como un humano más. He aprendido de todo.

Unas de las razones por las que estoy en la Tierra es Adele Sallow, una mujer que conocí la primera vez que pisé este lugar. Sabía mi secreto de quien era en realidad, que detrás de un cuerpo se escondía un arcángel. Ella es una bruja, básicamente —sí, es un término bastante horrible—. Hace mucho hubo un grupo de religiosos y padre decidió convertirlos en mensajeros de sus palabras, así como otorgándoles poder, con cual podían realizar lo que quisieran.

Yo las llamo brujas porque en realidad son lo mismo, pero no ejercen la magia negra, sino que todo su poder viene de Dios. Luego ese don fue pasando de familia en familia, y la única regla era adorarnos, es obvio. Su aquelarre nació de la palma del todo poderoso, hay muchas de ellas en el mundo, aunque la hechicería oscura predomina más. Ahí fue en donde la conocí. Sé que en ese momento él solo buscaba personas en el ámbito religioso.

También tengo otras razones por las que estoy aquí y es que un nefilim está a punto de nacer. Es el resultado de un ángel y un humano. A lo largo del tiempo nunca habíamos tenido problemas, pero en esta ocasión sí. No sé por qué se empeñan en molestar tanto embarazando mujeres y fornicando cuando se les da la gana. Los ángeles caídos ya no son asunto mío, solo lo hago por los pobres pequeños que nacerán.

Sí, créete eso.

***

Seguí caminando por el bosque hasta encontrarme una carretera desierta en la noche. Minutos después me coloco en medio de la calle al contemplar que un auto de color azul se acerca, el conductor frena de golpe, haciendo que las ruedas boten humo. Un hombre joven trajeado sale del él, su cara es de desconcierto total, su cabello rubio corto se mueve debido a la brisa que generan los árboles.

—¿Se encuentra bien? —me pregunta el hombre cuyo nombre desconozco.

—¿Cuál es su nombre? —me atrevo a preguntar. Su expresión es de confusión.

Arruga sus cejas.

—Soy David —me responde.

—David, necesito tu cuerpo urgentemente —le miro a los ojos.

Una de mis habilidades es manipular al ser humano, la verdad es que no es tan efectiva, pero funciona cuando ese individuo desea algo que yo pueda ofrecerle. La razón por la que necesito a ese hombre es su cuerpo. No soy de poseer cuerpos sin preguntar al huésped, está totalmente prohibido.

—Oiga joven, ¿ha ingerido algún tipo de sustancia o algo por el estilo? —se queja—. Porque si es así voy a llamar a la policía para que lo arresten, no tengo tiempo para lidiar con un adolescente drogadicto y, además ¿por qué viene desnudo?

Miro mi reflejo a través del cristal del auto, mi cuerpo desnudo, mi rostro con rasgos finos y mi piel un tanto pálida, mis ojos verdes y mi cabello castaño oscuro hace mí la belleza de un joven arcángel. Somos jóvenes, es decir que no envejecemos. Alguna vez no te han dicho que cielo es el lugar de la juventud y la fertilidad, pues son cualidades que todos tenemos. Somos hombres impecables, nuestros rasgos faciales inmaculado hacen que seamos la perfección en persona.

—Necesito su cuerpo, pero debe darme el permiso para poder poseerlo —murmuro tranquilamente—. Dime David, ¿no quieres ir al cielo y redimirte de tus pecados o ir al infierno y caer al desde una montaña hasta el un precipicio lleno de fuego preguntándote que fue lo que hiciste mal?

Daemon (Así mismo es el cielo como el infierno)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora