Daemon (Así mismo es el cielo como el infierno)

Capítulo 13 parte 1

Capítulo 13 parte 1

Daemon.

No he necesitado alimentarme más por el momento. No he sentido la necesidad. Sin embargo, creo que me pasé con Luka, pero no me arrepiento, lo necesitaba, sino seguiría decaído y sin fuerzas.

Hoy es el cumpleaños de Rose, supongo que debería darle algo, eso es lo que hacen las personas comúnmente. La vi unos minutos en la recepción, pero estaba molesta. Ni idea de que causó su enojo, pero lo que sí sé es que no me gustó verla así.

Ryan salió poco después de ella y mi intuición decía que él tenía que ver con todo. A Ryan no le agrado y él no me agrada a mí, estamos a mano. Lo sé, desconfía de mí desde el momento en que pisé su casa. Pero por ahora no me interesa si le causo desconfianza o no.

—¿Qué te pasa? —le pregunto por milésima vez.

Luka me citó en una cafetería y ahora estamos aquí, no sé haciendo que. Luka ha estado raro durante las dos horas que tenemos sentado en una silla sin hacer absolutamente nada.

—Ya te dije que nada —masculla y muerde sus uñas, distraído—. Bueno, si me pasa algo.

—¿Qué?

Tiene una expresión decaída como si no hubiese dormido durante toda la noche. Creo que soy el responsable de todo eso, pero lo necesitaba. Cada vez que me alimentaba de él, se pone así por alguna razón. Luka ha sido el único a quien no he matado por alimentarme, eso explica porque le pasa todo eso a él. Quiero creer que es eso.

—No pude dormir toda la noche pensando en lo que llevó años superar —suspira y frotas sus manos sobre su cara. Los recuerdos vienen y vienen, es una tortura. Sea lo que sea que hagas es peligroso.

Yo no controlo lo que hago, no tengo ni idea de lo que provoco. No sé el porqué de esas decaída cada vez que hacemos lo mismo.

—Mejor hablemos de otra cosa —resopla, peinando su cabello rubio hacia atrás—. ¿No me vas a decir quién te sacó del infierno?

—Michael —suelto de repente.

—¿Miguel? —arruga su nariz y enarca sus cejas.

—No, Michael —le corrijo.

—Sí ya sé, es lo mismo, pero él te trajo acá a la Tierra. ¿Cómo por qué? —cuestiona dudoso—. Él no es de los que ayuda.

A sinceridad no sé por qué me ayudó a salir del infierno. ¿Tendrá algo planeado? Pueda que sí, ya estuvo intentando meterse en mi cabeza, pero no lo logró. Lástima por él sí creía que iba a intentar descifrar lo que hay en mi mente.

—No lo sé. Pero sabía cuál era mi nombre, cómo si me conociera —comento, reclinándome de la silla—. ¿Lo que quiero averiguar es por qué me ayudó?

Luka le da un sorbo a su café.

—Yo no confiaría tanto. Todos sabemos cómo es Michael —expresa—, te lo digo por experiencia.

—¿Lo conoces?

Él asiente.

—Lo conocí hace mucho tiempo. Es una larga historia —bufa, encogiéndose de hombros.

Se queda anonadado mirando su taza de café como si hubiese recordado algo.

—¿Qué pasa? —pregunto.

—Nada —murmura distraído—. Oye, ¿no has intentado alimentarte de un humano?

Tenía la tentación de hacerlo, pero algo me dice que no saldrá bien si me pongo a estar dependiendo de ellos. Además, no me siento mal por comerme a los demonios, no me importan. Tal vez los humanos resulten del mismo modo que ellos y puedan que sirvan.