Capítulo 16
Kalem.
Reinar: es lo que siempre decía mi padre de pequeño, no importaba los obstáculos. Si alguien arruina lo que tengo en mente, tendrá la posibilidad de morir. Los miles de demonios que hay en el infierno lo saben. Te siguen porque saben lo que les conviene. No es una sorpresa que después de asesinar a Anamelech vinieran hacia mí.
Los demonios son como los gatos, le das un poco de comida y vuelven a ti porque en el fondo saben que eres tú quien puede darles de comer. Hace mucho me propuse tener todo el poder en mis manos, pero hay alguien que me detiene y debo eliminarlo. Daemon podrá ser poderoso e inteligente, pero yo tengo ambición, ¿y que si voy a robar todo su poder? Sí, dos villanos enfrentándose entre sí no es bueno. Daemon no es un santo y si se fue a la Tierra no fue precisamente a hacer milagros
Una cosa que he aprendido es que las mujeres no sirven para reinar, son tan inútiles que sus legados no perduran mucho tiempo. Hubo un tiempo muy lejano en el que Lilith reinó el infierno en ausencia de Lucifer, pero fue todo un circo. Eso me hizo darme cuenta de que un hombre puede ser mil veces mejor para tener un puesto tan importante encima.
Por ahora me estoy manteniendo al margen para que todo salga como quiero. Tengo que decir que Anamelech hizo un buen trabajo domando a Daemon. En el transcurso en el que Daemon crecía, se volvía más impulsivo. Oí que casi mata a Anamelech y desde ese entonces él se apoyaba con la daga esa.
Soy un brujo que, con el tiempo aprendió a convertirse en un demonio. Fue difícil, pero lo logré. Mis compañeros no son como yo; son débiles y lo saben. Yo soy la cabeza de todo esto. No me importaría traicionarlos, si es por mi propio bien está perfecto. Antes era un demonio de cabecilla, pero fui ascendiendo al paso del tiempo.
¿Saben lo que sería robar el todo el poder que tiene Daemon? Mucho mejor: ¿Qué se sentiría ser él? Lo sabré cuando todo lo que he querido se cumpla. Será un reto, meterme bajo su piel no será fácil, nada fácil.
—Esta idea se va a ir al carajo y lo sabes —se inquieta Leighton.
Lo que más me reprende de él es su cobardía y lo miedoso que puede llegar a ser.
—Si vas a portarte como un maricón es mejor que te largues —ladro.
No articula ni una sola palabra. Sabe que si me responde le irá peor. Él es un novato, un principiante que recogí hace mucho tiempo en la Tierra. Había descubierto sus habilidades y no sabía cómo usarlos. Fui su mentor, obvio con magia negra. Aquí nadie se guía por el poder celestial.
—¿No han sabido nada de Daemon? —pregunto.
—Está muy protegido, es imposible localizarlo —habla Jenny, una perra que encontré en un burdel lleno de demonios.
—Nadie te mandó a hablar —regaño—. Solo estás aquí para ser un rostro bonito, no opinas. Solo Leighton y yo hablamos, que somos los que tenemos el derecho.
Él me da una mirada y se tensa. Parece una nena, le incomoda que le habla así.
Las puertas del castillo están cerradas para que nadie pueda molestarnos. Me reposo en el alargado comedor con sus candelabros encima. El trono todavía no ha sido usado por mí. No lo usaré hasta que tenga todo en hecho. El dorado y las piedras de diamantes hacen que se vea tentador sentarse en él. Una silla que es más grande que mi cuerpo en sí.
Jenny posa la mano en la mesa y se calla. Su gemela Jenna se mantiene a un lado callada como debería. Las sé diferenciar por la cicatriz que tiene Jenna en su rostro. Después de que ayudé a Jenny, me rogó que también la ayudara a ella. No lo iba a hacer, pero no me moriría si le ayudaba el culo. Ella estaba siendo folladas por demonios lujuriosos que buscan meterse en mujeres lo más pronto posible y no median las consecuencias, solo tomaban sus cuerpos y las follaban hasta que perdían la cordura.
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Daemon (Así mismo es el cielo como el infierno)
Fantasía"En el infierno lo adorarán y en el cielo lo despreciarán" Una guerra entre el cielo y el infierno se desatará. Daemon llegará para destapar todos los oscuros secretos del cielo y será el peor enemigo de Dios. Reconocido como el anticristo en la pro...