Siguiendo la pista

28 1 0
                                    


Siguiendo la pista.

Narrador omnisciente.

El aroma a oficina recién limpiada se impregna en la nariz del hombre que cuyo cuerpo se siente liberado. Le gusta estar así porque sabe que tiene mucho control en un grupo determinado de personas. Él sabe cómo obtuvo esto y no es algo que se le haga raro, sabiendo lo que es. Observa los grandes ventanales para darse cuenta de que ya está oscureciendo y tiene que ir con su esposa que de seguro lo espera con las piernas abiertas solamente para follarla, esa es la única razón por la que se ha casado.

Su asiento gira a medida que sus pensamientos van obstruyendo otros. La misión que tiene es muy arriesga y difícil, sin embargo, se dio a la tarea de conseguirlo porque no es propio de él rendirse. No se puede deducir si está en el lado de los buenos o malos, nadie es un jodido héroe.

Sabe qué hace esto porque quiere estar involucrado. No lo hace por nadie, solo existe él en su cabeza, aunque, posiblemente, en algún futuro, se verá envuelto en una condición que ni el mismo podrá manejar. En su conciencia sabe que todo esto es peligroso y que, en algún momento, arrasará con la locura que el mundo traspasa día a día.

Más allá de pensar que lo hace por obligación, en gran parte, es algo que siempre ha anhelado y se siente bien consigo mismo. Es malo, pero no lo demuestra con claridad. Tiene personas a su merced, aunque solo sea un fiel sirviente.

Mientras su nariz acaricia el aroma a oficina, la puerta es abierta y de ella sobresale su secretaria o una más en el juego. Su falda de tubo, con un moño presentable y una actitud de servidora. Ella llega con una carpeta en la mano, pero sabe que para entrar a la oficina del superior debe pedir permiso y hacerle saber que está a sus órdenes.

—Señor, permiso para pasar —murmura un poco tímida.

—Pasa —habla con una monótona.

Ella cumple y cierra la puerta. Está intimidada con la presencia de su jefe, no es sorpresa que sea un hombre poderoso, sin embargo, eso no es lo que le da miedo, sino que algo sobrenatural se esconde en él. No más se tiene que limitar a su trabajo y cumplir órdenes de su parte. El hombre con su apariencia imponente, la invita a sentarse, aunque se vea y sea rudo, eso no le impide ser amable cuando quiere. Le da la orden para que hable la jugosa información que le tiene su secretaria.

—En avance con los nefilim —informa y él solo se queda pensativo—, están en Londres, la ubicación fue muy fácil debido a ellos. Pero ordenaron que no interfieras con los chicos, no sin sus órdenes.

—Ellos están creciendo. No van a tener límites con su poder —comenta sin fijar su vista a la secretaria.

—Sin embargo, lo quieren así —explica con una voz débil, pero segura—. Los lideres no están dispuestos en este momento, pero uno de sus lacayos informó que no debes llamar la atención de los nefilim hasta que todo sea seguro. Solo que puedes vigilarlos mientras hacen lo demás.

—No entiendo por qué esperan tanto.

—Están a espera de que el anticristo reaccione. Pero él no es el objetivo para seguir con los planes —replica la castaña.

Su jefe se queda en pensamientos absurdos que no tienen nada que ver con lo que hablan. Se mantiene entretenido, mirándole las tetas firmes y paradas. Este hombre a veces piensa con la polla y no hay nadie que lo convenza de eso. Sus lideres no han dado una respuesta concreta de que se harán con los nefilim. Está más que ansioso por ver cuál será el plan que va para cada uno de ellos.

No es sorpresa que sean poderosos, y con eso a él le basta para saber que está en lado correcto, sirviendo a los mejores. Hay muchas piezas en el tablero; creerán que Daemon es el rey, lo tienen asegurado con firmeza, sin embargo, la supremacía quiere que todos noten su poder. Entre los adolescentes que ahora se mantienen dando lo mejor de su poder. Saben que ellos están en buenas manos porque Michael solo es un peón más —que no se dejen engatusar por un arcángel—. Solo se sabe que habrá más planes en el futuro, que serán la muestra de todo lo Omnipotente de los nefilim.

Daemon (Así mismo es el cielo como el infierno)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora