Capítulo 7

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Capítulo 7

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Capítulo 7

Daemon.

Ha pasado una semana de todo lo ocurrido, mi rutina solo se enfoca en estar encerrado, comer y ver a Rose a escondidas. Después de todo lo sucedido nadie habló nada al respecto. Supongo que tienen miedo, se les nota a leguas. Cada uno está en su camino preocupándose si son ellos que morirán. ¿Qué puedo perder yo si muero? Claro... volver a un ciclo, volver al infierno y tener una vida miserable. Bueno... a cada uno le llega su hora, tarde o temprano.

El reloj marcar las tres de la mañana, por suerte aprendí cómo funciona en pocos minutos. No dormir ya me está causando debilidad en mis piernas, no solamente el no dormir, sino de la necesidad de alimentarme, comer. Tendré que buscar a alguien porque, sino no duro aquí.

Sigo tendido en la cama hasta que se me ocurre la idea de caminar por la casa porque tampoco me voy a quedar ahí. voy de paso hacia la sala cuando encuentro a Eloise tumbada en el sofá con la mano en su frente y su cabello amontonado en el respaldo. Lo que más se nota en ella es su barriga demasiado grande, ¿hay otra persona ahí?

Cuando me ve se endereza.

—Ah, hola, Daemon. ¿Qué haces despierto tan temprano? —murmura. Se le ve demasiado incomoda con esa barriga.

—¿Qué haces tú despierta? —pregunto.

La mejor manera de evadir una pregunta es haciéndole una a esa persona.

—Bueno... el pequeño que tengo aquí se mueve y duele como una puñalada —pasa la mano por su vientre—. Si quieres puedes tocar, no me molesta. Todos aquí lo han hecho, además ya eres parte de la familia, aunque no lo creas.

Ruedo los ojos disimuladamente y me cuestiono sobre si quiero o no, pero no está de malo curiosear sobre el efecto que provoca un ser humano dentro del otro. Se acuesta de nuevo y sube su blusa. Me acerco y me arrodillo frente al sofá. Pongo mi mano en su barriga, siento algo moverse dentro de ella. Me paro rápidamente de ahí, sobresaltado. No me gusta esa sensación.

—¿Qué pasa? —murmura.

—¡Nada! nada —contesto rápidamente.

—Una vez que salga este muchachito de aquí, me casaré con mi novio ¿puedes creerlo? —cambia de tema.

Por qué me interesaría saber que se va a casar, como si eso me importara.

—Interesante... —solo digo eso.

—Sip, luego me mudaré —añade.

Sí... ¿y qué más? Fingiré que me interesa.

—Que bien... —ironizo.

Hace el ademán de levantarse, se le dificulta al principio, pero lo logra. Pasa por mi lado y de repente suena una queja.

—¡Ay! —grita desesperadamente y cuando volteo tiene sus rodillas medias flexionada y con la mano en vientre—. ¡Auch! ¡Duele demasiado!

Daemon (Así mismo es el cielo como el infierno)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora